lunes, 29 de diciembre de 2014

Nuevo artículo en El Correo Gallego

El Correo Gallego nos publicaba el domingo este artículo:


ESO QUE SOY

¿Quién soy yo? o ¿qué soy yo? son dos preguntas que todo el mundo se ha hecho alguna vez. Es difícil responderlas, y quizás no tengan una única y válida respuesta, pero no por ello dejan de ser cuestiones muy relevantes que debemos plantearnos. ¿Hay un auténtico sujeto agente allí, donde quiera que sea, en el interior de nuestro cerebro, en el lugar en el que se supone que emerge la conciencia a partir de una serie de procesos fisiológicos y psicológicos? Algunas escuelas terapéuticas asumen que hay una continuidad y coherencia a través de los cambios que definen a la identidad, mientras que otras afirman que simplemente hay diversidad y, en todo caso, negociación entre diferentes posiciones. Todas ellas, sin embargo, admiten que cada persona puede adoptar distintas formas de entenderse a sí misma. Mi experiencia me dice que el cambio y el avance en la terapia serán mucho más complicados si la persona que tenemos delante considera que hay una esencia, una especie de identidad claramente inmutable. Desmontar esta idea será entonces crucial para poder ayudar al paciente.

Una metáfora que se puede usar para ello es la del cambio de vestido. Nuestra identidad no sería más que el vestido con el que nos presentamos a nuestra audiencia, uno de cuyos miembros más relevantes somos nosotros mismos, no debemos olvidarlo. Tenemos un fondo de armario constituido por el conjunto de vestidos que nos podemos poner. Pero estamos habituados a llevar siempre la misma clase de prendas que ni tan siquiera consideramos la posibilidad de ponernos otra cosa, a pesar de que en nuestro armario haya trajes de muchos tipos. En el fondo, seguimos con los gastados vaqueros que llevamos únicamente porque son muy resistentes, aunque no los consideremos en absoluto cómodos o elegantes, o con la insoportable falda estrecha que nos ponemos porque sirve como una especie de uniforme de trabajo, aunque la verdad es que es bastante incómoda... Cada día cogemos la misma prenda y nos la ponemos, pero el fondo de armario sigue ahí, esperando que un día nos atrevamos a poner otro vestido u otro traje y comprobemos que nos sienta bien. Tendremos que hacer así que la persona deje de definirse e identificarse con sus problemas y con su traje (por ejemplo: “soy una persona miedosa” o “soy alguien bastante depresivo”) para pasar a verse como alguien que gestiona sus problemas (miedo, depresión...) y decide los trajes que quiere ponerse.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Aceptación no es resignación

En general, los pacientes vienen a terapia aquejados de experiencias de ansiedad, tristeza, miedo, culpa, ideas obsesivas, recuerdos desagradables, opiniones y creencias negativas y devaluadas de ellos mismos, etc., a fin de que el psicólogo les quite este sufrimiento y así puedan “empezar a vivir”. Para el paciente ese es el objetivo primordial, lo demás es secundario. Sin embargo, la solución que en alguna ocasión puede proponer el terapeuta no es la que pide y espera el cliente, sino en cierta manera la contraria. Esto pasa cuando por ejemplo les decimos que en vez de “quitar” esas experiencias vamos a intentar que sean aceptadas para que puedan vivir con ellas... Y es probable que esta postura terapéutica suponga de primeras una decepción.


martes, 16 de diciembre de 2014

Tu definición

Es inevitable que cualquier conversación terapéutica inicial esté centrada en un tema: el problema que presenta la persona que acude a terapia. Ese problema tiene que ver, en muchas ocasiones, con lo que la persona cree que le define. Si la conversación se sigue centrando en lo que la persona es, difícilmente se traerá otro tema a colación. Debemos descentrar su discurso para empezar a abrir el abanico de otras posibilidades narrativas. Será el primer paso para flexibilizar eso que a veces hace tanto daño y que llamamos "identidad".


sábado, 13 de diciembre de 2014

Jubilación: cambio de roles

Pequeño fragmento de la tesina realizada con el ISEP de Barcelona sobre la dependencia al alcohol en pacientes de tercera edad:


JUBILACIÓN: CAMBIO DE VIDA, CAMBIO DE ROLES

Dos de las pérdidas más dolorosas que puede experimentar una persona son acontecimientos totalmente predecibles: la jubilación y la viudez. Por consiguiente, cualquier visión de la vejez es insuficiente sin un enfoque de estos importantes cambios. En esta tesina nos centraremos únicamente en una de ellas, la jubilación, por la relación especial con el caso clínico que luego veremos.


“Esta situación –la inactividad forzosa- arrebata a los individuos afectados el deseo de vivir una vida plena, les priva de oportunidades para llevar una actividad física y mental absorbente y fomenta la atrofia y la decadencia. Despoja al trabajador de iniciativa e independencia. Estrecha sus horizontes físicos y mentales...” Así se expresaba Lazarus en 1986. En el extremo opuesto a esta visión se encuentra el concepto de la jubilación como una liberación, algo así como el indulto saludable y dichoso del estrés de tener que ir a trabajar cada día.


Lo que está claro es que este punto de inflexión, supondrá un cambio más o menos importante, más o menos radical, según la conjunción de los factores antes mencionados, tanto psicofísicos, como sociales, que harán que los mismos puedan ser afrontados, llevados a cabo y superados con capacidad suficiente, o que por falta de ésta supongan una problemática de reajuste más o menos costosa para la persona...

martes, 9 de diciembre de 2014

Conductismo

SUSTANCIAS INTERIORES

La escuela conductista es uno de los blancos de ataque preferidos de los psicólogos de mi generación. Parece que uno queda bien en determinados foros si critica la supuesta simplicidad e ingenuidad de los postulados de este tipo de psicoterapia. Mi impresión, sin embargo, es que la mayor parte de esas críticas están basadas en estereotipos. Y es que en contra de lo que se suele creer, para un conductista la conducta no es la mera “conducta motora”. Los manuales de salud mental suelen decir que cognición, emoción y conducta son las tres unidades de análisis de debemos tomar como referencia para el estudio de una persona. La diferencia es que para el conductismo, cognición y emoción son también conductas. Para acercarnos más a su idea basta con cambiar estos sustantivos por verbos. Así, la cognición (o el pensamiento) serían “pensar o estar pensando”, y la emoción (o el sentimiento) serían “sentir o estar sintiendo”. Para los no conductistas, la idea de que ellos consideran las experiencias privadas (pensamientos y sentimientos) como conductas puede parecernos desconcertante... y es que ¡cuántas veces hemos oído que un conductista niega o rechaza la existencia de ese “mundo privado”! La realidad, sin embargo, es otra. Lo que critica y rechaza el conductismo es la “sustantivación” de los procesos conductuales, es decir, su conversión en cognición, pensamiento, voluntad, memoria... Al fin y al cabo no sería más que la reificación como cosas estáticas de actividades y acciones. El problema para un conductista, como digo, es la sustantivación de reacciones y conductas como si estuvieran derivadas de supuestas “sustancias interiores”. El rechazo es a la mente como sustancia dentro del cerebro y a menudo confundida con él. El conductista lo que objeta es la consideración de las “sustancias interiores” o “experiencias privadas” como causa de la conducta motora externa. Esos eventos privados serían conductas también, no causas. Se puede estar de acuerdo o no con esta afirmación, pero lo que sí está bastante claro es que en la mayor parte de las ocasiones, cuando se utilizan entidades mentales para explicar el comportamiento de una persona, se incurre en explicaciones circulares como, por ejemplo, la explicación que se da a respuestas o actuaciones inteligentes (conductas, verbos) diciendo que son fruto de “la inteligencia” (un nombre, una entidad).


                        

Aunque no me sitúe en una posición extremista, lo cual sí suele ser habitual en psicología, estoy de acuerdo en que “pensar y sentir” (cognición y afecto), también son susceptibles de un análisis funcional, es decir, antecedentes y consecuentes, teniendo en cuenta las acciones operantes que comportan. No siempre son necesarias (incluso a veces pueden ser contraproducentes) las sesudas teorías sobre apegos y duelos traumáticos para acercarnos y ayudar al paciente.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Nuevo artículo para El Correo Gallego

El Correo Gallego me publica este artículo. El enlace está en nuestro Facebook y en nuestro Twitter.

martes, 2 de diciembre de 2014

¿Me he curado?

Si cuando termina la terapia, el paciente ha asumido que la depresión es más que nada una situación en la uno está, debido sobre todo a lo que ha pasado y a cómo reacciona a ello, en vez de una condición dentro de su cerebro o de su mente, se podrá decir, con perdón por la expresión, que está "curado". Pero no curado de avatares deprimentes y de sus correspondientes afectos (según es natural que afecten) ni tampoco de las preocupaciones (previsoras y responsables). Estaría curado entretanto sabe o sepa comprender la depresión como situación y procure no entrar en ella y en su caso de salir adelante.


jueves, 27 de noviembre de 2014

De nuevo en Santiago TV

Os dejamos el enlace a la entrevista que Silvana Moril hizo a Andrés Sampayo este lunes 24 de noviembre en el canal Santiago TV:



                              http://www.santiagotv.es/tvcarta/santiago-te-ve/141124_a.flv

martes, 25 de noviembre de 2014

Cerebrocentrismo

PODER DE ADAPTACIÓN

Recuerdo que cuando estudiaba la carrera tenía claramente fijada esa idea de que el cerebro es el órgano supremo y creador, algo así como la sede, el centro de referencia y el lugar donde se investigan los asuntos humanos, incluyendo, claro está los trastornos psicológicos. Me licencié pensando más o menos lo mismo, puede que con algún que otro matiz, pero a grandes rasgos seguía creyendo que “todo” estaba ahí. Unos cuantos años después descubrí y asumí otras aproximaciones, en mi opinión algo más humildes. En ellas, por ejemplo, se referían al fenómeno de la plasticidad cerebral como una de las propiedades inherentes al desarrollo y se enfatizaba el papel mediador y posibilitador del cerebro más que su arrogante papel causal. Poco a poco fui entendiendo que el cerebro es ante todo un órgano mediador de la experiencia, la acción y la interacción, y no un creador o un agente causal de ellas. En términos experienciales, incluso se podría decir que el cerebro es más una variable dependiente de la propia conducta y de las condiciones del ambiente, que una variable independiente que las origine. Escuchaba comentar el otro día a un compañero en las conferencias sobre la psicosis que se celebraron en Santiago de Compostela, que siendo el cerebro humano el más potente entre las especies por su capacidad para adquirir nuevas organizaciones funcionales debidas a las influencias sociales, es también el más impotente si carece de ellas (de esas influencias sociales). Me sentí identificado con su pensamiento. Y es que, por mucho que lo tratemos como “algo aparte”, el cerebro no deja de ser un órgano más del cuerpo, y como órgano forma parte estructural y funcional del mismo, a su vez en sinergia con todo un andamiaje cultural sin el cual nada sería.

                        

Debemos abrir mucho más el campo de nuestras intervenciones terapéuticas dejando de otorgar al cerebro la exclusividad del papel causal de nuestros problemas, y eso no significa restarle importancia, pero sí modificar nuestra idea al respecto, ya que posiblemente el valor y el genio del cerebro no están en crear y causar, sino en mediar y posibilitar los cambios que las personas necesitamos para vivir, aunque eso sí, siempre de acuerdo a las disponibilidades y restricciones del medio.

martes, 18 de noviembre de 2014

Las ciudades invisibles

Marco Polo describe un puente, piedra por piedra.
-         ¿Pero cuál es la piedra que sostiene el puente?- pregunta Kubai Kan.
-         El puente no está sostenido por esta piedra o por aquella- responde Marco-, sino por la línea del arco que ellas forman.
Kubai permanece silencioso, reflexionando. Después añade:
-         ¿Por qué me hablas de las piedras? Es sólo el arco lo que importa.
Marco Polo le responde:
-         Sin piedras no hay arco.



(Italo Calvino, Las ciudades invisibles)

jueves, 13 de noviembre de 2014

Fin del Modo Automático

El mindfulness parece dar respuesta a la llamada “cultura de buscadores”, referida a aquellos que se consideran más espirituales que religiosos y que andan buscando “algo más”. El crecimiento exponencial de libros de autoayuda a partir de la década de los noventa podría entenderse desde esta perspectiva. Estamos continuamente recibiendo mensajes que nos incitan a estar en armonía con nosotros mismos a través de actividades como yoga, meditación, retiros budistas, spas, sesiones de psicología positiva, coaching, encuentros para degustar infusiones que prometen calma interior y crecimiento espiritual...

A veces creo que el mindfulness parece cumplir el papel de la religión para aquellos que abandonaron la religión de origen o se sienten abandonados por ella... Y no digo lo de "religión" en un sentido peyorativo.

                   

En cualquier caso el mindfulness proporciona un espacio de calma en una sociedad enferma, en la que ya parece que somos una especie de post-humanos en los que el propio cuerpo y la propia mente son meros objetos de intercambio. Habitamos más el futuro que el presente, de manera que nunca estamos en lo que estamos y donde estamos. El mindfulness (y como he dicho ya en otras ocasiones, el zen) nos brinda la oportunidad de salir de ese “modo automático” que llevamos activado todo el día y que nos está haciendo mucho daño.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Depresión

El Correo Gallego me publica hoy este artículo:

LA DEPRESIÓN COMO GRIPE

Es habitual que los pacientes vengan a la consulta hablando de la depresión como si fuera algo que está dentro de ellos, y más concretamente, de su cerebro. Me piden que se la quite de ahí, y cuando lo haga y ya se encuentren bien, será cuando empezarán ellos a relacionarse de nuevo con el mundo... Mientras tanto no puedo pedirles nada porque “eso” está ahí... No suele ser bien recibido que yo les diga que la depresión no le “sale” a uno de ningún sitio como le podría salir una erupción ni tampoco le “entra” como acaso entra una gripe. Deberíamos empezar a entender la depresión desde una concepción contextual, la cual es completamente distinta a la habitual concepción médica o del déficit. El modelo contextual supone que la depresión es más una situación dentro de la que está la persona que algo que la persona tiene dentro de sí misma. Leía el otro día en un manual de terapias de tercera generación que el término alemán “stimmung” se podría traducir al castellano como un estado de ánimo indisoluble de uno con el mundo, y me pareció que eso sí se podría acercar a mi idea al respecto. En vez de hablar de enfermedad, veo más constructivo y terapéutico situar a la depresión en un circuito de antecedentes y consecuentes. Los antecedentes son a veces fáciles de identificar (eventos vitales negativos, circunstancias personales) y otras veces difíciles, según están sumidos en la historia biográfica. Dada la disminución de alicientes y del sentido de la vida, un patrón de evitación consistente en dejar de hacer actividades y la rumiación de pensamientos, así como la tristeza y el desánimo, son normales... Y lo son por frecuentes y hasta por funcionales... en principio. ¿Y cuándo estas respuestas dejan de ser normales, funcionales y adaptativas, para convertirse en “depresión”? No es fácil de determinar y de hecho seguramente no hay un punto fijo, ni un termómetro que lo mida, siendo el punto crítico en cada caso relativamente idiosincrásico. Quizás podríamos resolver esta cuestión definiendo el trastorno psicológico como un esfuerzo contraproducente por resolver una situación problemática, en el que las propias conductas y reacciones resultan ellas mismas parte del problema. Estar triste, desanimado o desmoralizado no es propiamente el problema ya que no deja de ser una situación más de la vida por la que todos pasamos en algún momento, sino que es la forma en que respondemos a esas experiencias y eventos privados la que desarrolla el problema, de modo que, como ocurre en muchas ocasiones, y aunque resulte paradójico, son en realidad nuestros intentos de solución los que acaban constituyendo la depresión.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Deja de pensar así

Flexibilidad psicológica es tener capacidad para experimentar pensamientos, sentimientos, sensaciones, recuerdos e imágenes de manera plena, sin tratar de evitarlos, controlarlos o juzgarlos. Esta filosofía terapéutica es relativamente diferente de la que se desprende de la terapia cognitivo-conductual, en la medida en que ésta se propone el cambio de esos eventos por otros que el terapeuta considera que van a ser “mejores para esa persona”. 




Quizá sería más efectivo centrarse en el contexto y en la función que están teniendo esos eventos, o síntomas al fin y al cabo, y no tanto en los síntomas mismos. Además, ¿va a cambiar esa persona sus pensamientos, sentimientos, sensaciones, creencias, esquemas... por el hecho de que yo le diga que lo haga?

lunes, 27 de octubre de 2014

Hablar por hablar

Una vez más, lo que voy a contar puede parecer que dispara directamente contra mi profesión...
Creo que una de las cosas más sobrevaloradas por el sentido común es el poder taumatúrgico absoluto de las palabras. Muchos especialistas sostienen que abrirse y hablar de nuestras dificultades y problemas "viene bien". Algunos, defensores de la "sinceridad a toda costa", incluso le atribuyen un valor ético. 



La idea de que hablar a toda costa está contraindicado ya era conocida por los los expertos en el arte de la retórica del pasado. "El arte de callar" es un valioso manual del siglo XVIII que sugiere con diversos ejemplos que el silencio es, en muchas ocasiones, más eficaz que la palabra.




Mi experiencia como terapeuta me dice que hay condiciones en la que hablar y socializar nuestras emociones se acaba convirtiendo en algo patógeno, como en el caso de los miedos y de las obsesiones: hablar de ellos y hacer que alguien nos escuche suele acabar confirmando la validez de nuestras percepciones y convicciones patógenas, y lo que es peor, alimentándolas...

jueves, 23 de octubre de 2014

Trabajo clínico

El trabajo clínico consiste en estudiar el caso, en sus dimensiones subjetivas y biográficas, de acuerdo con las circunstancias y el mundo...
Las grandes tradiciones psicoterapéuticas no necesitan diagnósticos formales (psicoanálisis, humanismo, existencialismo, sistémica, conductual, contextual...).



Sigo pensando que la ayuda psicoterapéutica puede realizarse sin diagnósticos, centrándose en los problemas presentados en la actualidad y en las experiencias vividas en el pasado.

lunes, 20 de octubre de 2014

¿Qué estamos diagnosticando?

El fin de semana El Correo Gallego nos publicaba este artículo:


¿SON ENFERMEDADES?

Hace tiempo que la psicología y la psiquiatría están sumidas en una considerable crisis. Con la predestinación genética en tela de juicio, sin marcadores biológicos, sin psicopatología y, lo que faltaba, sin diagnósticos. El flamante DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) ha sido poco menos que desautorizado y prácticamente desahuciado por algunas de las voces más relevantes y respetadas del gremio de la salud mental. La salida a este laberinto en el que estamos parece dividirse en dos caminos: un mayor enloquecimiento ultrabiologicista buscando desesperadamente lo que no se encuentra, o un asentamiento en el terreno que queda entre el individuo y la sociedad, que es donde los pacientes tienen los problemas que tienen, y donde, para mí, debería estar la psicología, dejándonos de paso por el camino esa obsesión con el modelo médico. Y es que el problema del modelo médico, cualquiera que sea su variante, es que, en realidad, los trastornos mentales no son exactamente enfermedades. Por mucho que intentemos convencernos de lo contrario no podemos decir que constituyan categorías diagnósticas con entidad definida. 




Los diagnósticos del DSM se sabe que tienen fiabilidad (aunque nunca puede hablarse de fiabilidad en términos absolutos ya que los instrumentos de medida dependerán de los contextos de aplicación), pero no por ello tienen validez, que en realidad es lo relevante. Una medida puede ser fiable y, sin embargo, ser de poca validez para el propósito que se mide. La frecuente comorbilidad y la invención de nuevas categorías clínicas en cada nuevo manual son pruebas evidentes de la falta de validez de esas categorías. Lamentablemente para el paciente, lo que suele ocurrir es que los diagnósticos tipo DSM acaban dejando fuera buena parte del contenido de lo que le pasa a la persona. Tampoco sirven para predecir la evolución, ni mucho menos la respuesta al tratamiento. No deja de resultarme curioso que aparezca tantas veces eso de “Resistencia al Tratamiento” pues no deja de ser un diagnóstico que, además de tautológico, pone de nuevo en evidencia la mencionada validez (en este caso validez predictiva), convirtiendo el fallo de la medicación en un criterio diagnóstico. Si finalmente entráramos en el terreno de la validez conceptual creo que nos daríamos cuenta de que el problema es aún más grave, y es que a veces los psicólogos y psiquiatras deberíamos preguntarnos: ¿sabemos qué son realmente los fenómenos clínicos que estamos diagnosticando?

jueves, 16 de octubre de 2014

Pase usted antes por el psiquiatra...

Me parece lamentable que tanto desde el sistema de salud público como desde las aseguradoras privadas se siga considerando que la visita al psiquiatra (y la consiguiente medicación) debe ser la primera línea de actuación y "a lo mejor después terapia psicológica si pareciera necesaria y así lo prescribe el psiquiatra". La capacidad de juicio y de decisión de la persona que solicita ayuda queda totalmente en entredicho...

En este contexto, la terapia psicológica tiene un papel secundario, incluso me da la sensación de ser algo así como cosmético... 
La realidad es que los casos que nos llegan a terapia psicológica acaban siendo en muchas ocasiones los "desahuciados" por y para la medicación. Y la cuestión es que la medicación está probablemente en la base del creciente empeoramiento de la salud mental.






Si en algo estaba acertado el DSM era en excluir de la condición de psiquiátricos los trastornos debidos a condiciones propiamente médicas. Se reconoce el trastorno mental por su primordial naturaleza funcional... Y es que si tuviera una causa orgánica determinada, ya no sería psiquiátrico sino, por ejemplo, neurológico...

martes, 14 de octubre de 2014

Actualizando EMDR

Psiquiatras, psicólogos y otros profesionales que trabajan en el ámbito de la salud mental hemos pasado tres intensos días en Barcelona actualizando nuestra formación en el enfoque EMDR:
http://es.wikipedia.org/wiki/Desensibilizaci%C3%B3n_y_reprocesamiento_por_movimientos_oculares


lunes, 6 de octubre de 2014

Terapias narrativas

LA SINIESTRA HISTORIA DEL RATONCITO PÉREZ

Cuando un paciente viene a consulta suele empezar por contar “su historia”. La firmeza, convicción y proliferación de detalles me hacen caer fácilmente en la tentación de pensar que “eso es exactamente lo que ocurrió, ni más menos...”. Luego uno empieza a darle vueltas al tema, y entiende, una vez más, que cualquier relato puede ser contado de múltiples maneras. No hay formas infinitas ya que las posibles alternativas están limitadas, pero sí muchas. Lo fundamental es entender que ninguna historia abarca toda la experiencia del sujeto, y por tanto, que ninguna contempla toda la información posible. Siempre quedan resquicios, información no usada que puede utilizarse para organizar el relato de otra manera. Un simple cambio de perspectiva en la orientación abre puertas completamente nuevas a lo que hasta entonces podía ser una historia de fracaso y decepción o todo lo contrario. Me encontraba el otro día dándole vueltas a estos temas cuando empecé a escuchar a mi lado a un padre contarle a su hijo la famosa historia infantil del ratoncito Pérez. Al niño se le acababa de caer su primer diente de leche y escuchaba a su padre totalmente embelesado. Es una historia que se cuenta también en otros países con personajes distintos pero siempre aparentemente entrañables. De hecho, otro padre me comentó días después que él le había tenido que explicar a sus hijos cuando éstos se habían enterado por unos compañeros del colegio que había otros “seres” en otros países que hacían lo mismo que su ratoncito Pérez, que “el ratón, l´angelet, la ardilla y el hada hacen cosas parecidas porque trabajan todos en la misma empresa multinacional”. Me hizo gracia su comentario y a raíz de esa etiqueta maldita (empresa multinacional) empecé a plantearme que también se podría construir un relato bastante más desasosegante con los currantes de esa empresa... 


¿Qué pasa si nos centramos únicamente en la conducta de estos seres? Se llevan el diente, una pieza de marfil al fin y al cabo y por tanto un material valioso, que intercambian por un pequeño detalle como una golosina o una moneda de muy bajo valor y ese marfil desaparece para siempre. Además, se llevan los dientes de todos los niños y niñas del mundo, los acaparan y no se sabe qué hacen con ellos. Los niños del mundo deberían unirse y reclamar urgentemente una ley de transparencia sobre las actividades de estos tipos. Desde luego, parece una historia de traficantes, con todas las connotaciones negativas que ello tiene... ¿Cómo es posible que hayamos estado tanto tiempo equivocados?

jueves, 2 de octubre de 2014

De nuevo en Santiago TV

Durante los próximos días se emitirá en Santiago TV un reportaje sobre el gabinete con motivo de nuestro primer aniversario. Pronto pondremos el enlace para poder verlo directamente desde aquí.



lunes, 29 de septiembre de 2014

¿Y si dejamos de usar la palabra "enfermo"?

La noción de enfermedad, lejos de evitar el estigma, es, en realidad, estigmatizante. Se ha comprobado que las personas con supuestas enfermedades mentales son tratadas con distancia y consideradas como imprevisibles y poco fiables, incluso por los propios familiares y el personal sanitario.



Asimismo, a los pacientes a los que se les da a entender que el trastorno tiene causas biológicas, consideran que el tratamiento requerido llevará más tiempo, son más pesimistas acerca de la mejoría y adoptan un papel más pasivo ante los terapeutas y su propio problema...

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Problemas y tramas culturales

Todo lo que pensamos sobre nosotros está enlazado en una trama cultural de la cual no nos podemos separar completamente.  Como terapeutas debemos tener siempre muy en cuenta los entornos culturales de las personas a las que queremos ayudar. Es habitual que introyectemos ciertos discursos “externos” y los apliquemos después en nuestra vida cotidiana. Algunos de estos discursos están claramente marcados por formas de sometimiento a estructuras de poder que suelen generar narrativas problemáticas o disfuncionales. Nos vigilamos y limitamos a nosotros mismos para adaptarnos a prácticas sociales de género, de orientación sexual y de discriminación (étnica, racial, religiosa, lingüística...), a modelos de crianza determinados, al modo “oficial” en que debe transcurrir nuestra progresión a lo largo de las etapas vitales... 




Sufrimos demasiado por ello, sobre todo cuando no somos capaces de clarificar la enorme influencia cultural sobre nuestros problemas...

lunes, 22 de septiembre de 2014

21 de septiembre: La ciudad se apaga...


nImagina una ciudad grande con todas sus luces encendidas. Cada casa, calle y centro comercial tiene su propio interruptor y bombilla que permite que la gente haga sus actividades diarias. Desde un avión puedes ver que todas estas luces juntas hacen que la ciudad brille.
nAhora, imagina que hay un problema con el cableado del sistema eléctrico de la cuidad. Poco a poco, cada casa, calle y centro comercial experimenta un fallo eléctrico y la gente ya no puede seguir con sus vidas normales. Eventualmente, es más difícil cocinar, conducir por la ciudad, pasear por sus avenidas... El fallo eléctrico inevitablemente incapacitará a la ciudad entera y a los habitantes.





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jueves, 18 de septiembre de 2014

Silencio

Esta semana El Correo Gallego nos publicaba este artículo:


SILENCIO

Leía la semana pasada un trabajo de investigación que indaga en los puntos comunes que existen entre algunas prácticas religiosas y ciertas técnicas de psicoterapia. Me llamó la atención la descripción del “darshan”, un fenómeno de la cultura religiosa india en el que los devotos de un maestro espiritual vienen a estar en su presencia y compañía por un rato. Se explicaba que en este tipo de encuentros, hablar no es una gran parte de la interacción, y sin embargo, la experiencia suele ser muy buscada y valorada. Se dice que el profesor “da darshan” o que el devoto lo “recibe”. Aunque prácticamente no hay comunicación verbal, el silencio del maestro no transmite ausencia o falta de interés. El maestro “está ahí en todo momento”, y su presencia, transmitida a través de la cualidad de su atención, es una intensa fuerza emocional que suscita una clara respuesta en el devoto. Decía que me llamó la atención porque mientras leía esta descripción no pude evitar acordarme de ciertas ocasiones en las que estoy sentado en mi consulta de psicoterapia. Freud dijo en su momento que el psicoanálisis “curaba hablando”, y curiosamente, lo primero que cultivó fue el uso terapéutico del silencio. 




En los estudios de psiquiatría y psicología no suelen mencionarse las posibilidades terapéuticas del silencio, y sin embargo, todos los que nos dedicamos a esto, sabemos que es una de las piedras angulares de nuestro trabajo. No se trata de ser una caricatura de un analista siempre silencioso y sin respuestas, pero es fundamental para nuestra profesión (y para cualquier relación interpersonal íntima) no tener miedo de permitir que haya silencio. Ese silencio no puede evocar o ser sentido como ausencia. En ese caso se vuelve destructivo. Supongo que es ese tipo de silencio al que le cantan algunos cantautores y poetas. Me viene a la mente esa melancólica canción del gran artista coruñés César de Centi en la que se lamenta de todo ese silencio que alguien muy cercano a él le regaló. En el extremo opuesto se sitúa el silencio al que yo me refiero. Un silencio que sin duda puede llegar a ser terapéutico; un silencio que se muestra en forma de presencia evocadora, un silencio que hace que los sentimientos de la persona que está con nosotros puedan emerger en eso que los humanistas llaman el “aquí y ahora”. Ese silencio no está muerto, ni paralizado, sino lleno de textura y posibilidades. Y puede ser tremendamente hermoso.

viernes, 12 de septiembre de 2014

En el telediario de la TVG

El pasado miércoles un niño de trece años agredía brutalmente a su madre. La Televisión de Galicia se desplazó a nuestro gabinete para hablar sobre el tema.

http://www.crtvg.es/informativos/unha-muller-foi-operada-de-urxencia-por-mor-dunha-malleira-que-supostamente-lle-deu-o-fillo-de-13-anos-888022


miércoles, 10 de septiembre de 2014

Entrevista en A Revista de TVG

Aquí os dejamos el enlace a la entrevista del miércoles 10 de septiembre en la Televisión de Galicia. Podéis verla a partir del minuto 18 aproximadamente.
Gracias a TVG por el trato y el tiempo concedido.

http://www.crtvg.es/tvg/a-carta/a-revista-887682


lunes, 8 de septiembre de 2014

Alcohol y Sistema de Recompensa Cerebral

Son muchos los pacientes que vienen por la consulta con problemas relacionados con el uso del alcohol. Dejo aquí un pequeño fragmento extraído de la tesina que realicé con el Instituto Superior de Estudios Psicológicos de Barcelona hace un par de años:

ALCOHOL Y SISTEMA DE RECOMPENSA CEREBRAL

Son muchos los estudios que han permitido el conocimiento de las estructuras del SNC que constituyen los sistemas de recompensa cerebral sobre los que actúa el alcohol, y que permiten establecer la base neuroanatómica de los efectos reforzadores del mismo y de los fenómenos que caracterizan el síndrome de dependencia.


Los hallazgos experimentales confirman el decisivo papel de la dopamina como base para la adicción. El sistema de recompensa se activa mediante un mecanismo de reforzamiento común a todas las drogas con características particulares para cada una de ellas, pero que finalmente actúa produciendo un incremento de los niveles de dopamina en determinadas áreas cerebrales.



                 



El sistema de recompensa cerebral está formado por un complejo entramado de vías nerviosas que podemos resumir del modo siguiente:

1- Sistema dopaminérgico meso-córtico-límbico: compuesto por el área tegmental ventral y estructuras del cerebro anterior basal (núcleo accumbens, tubérculo olfatorio, córtex prefrontal y amígdala) así como la vía de conexión entre ambos constituida por las fibras ascendentes y descendentes que forman el haz prosencefálico medial.

2- Sistema de la amígdala extendida: circuito neuronal común que constituye una entidad independiente dentro del cerebro anterior basal y que desempeña un papel crucial en los efectos de refuerzo agudo producidos por las drogas de abuso. Recibe importantes aferencias desde cortezas límbicas, hipocampo, amígdala baso lateral, cerebro medio e hipotálamo lateral.

Ambos sistemas actúan en íntima interconexión y permiten explicar en parte el fenómeno de la adicción.

En clara interconexión con este sistema de recompensa se han descrito otros sistemas de neurotransmisión con un importante papel: los sistemas opioide, serotoninérgico, gabaérgico y glutamatérgico.


También se sabe que la toxicidad funcional de la abstinencia aguda se acompaña de la participación de la hormona liberadora de corticotropina (CRF) del sistema cerebral de estrés.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Boas Tardes

O programa Boas Tardes da Televisión de Galicia pasou o mércores 3 de setembro pola nosa consulta para falar do problema da violencia de xénero. 


http://www.crtvg.es/tvg/programas/boas-tardes

martes, 2 de septiembre de 2014

La depresión y un tal Leonard Cohen

El Correo Gallego nos publicó ayer este artículo:

LA LUZ DE LEONARD COHEN

Suele decirse que muchas de las canciones de este fantástico cantautor inducen a la depresión y a la autodestrucción, y en parte es cierto. De hecho, en los años setenta se le adjudicó un oscuro record que consistía en ser el músico que más suicidios “provocaba” (en los reproductores de vinilo de algunas personas que se habían quitado la vida por entonces aparecían con cierta frecuencia los discos del canadiense). Dicen sus biógrafos que Leonard pasó buena parte de su vida entrando y saliendo de severas depresiones hasta que una serie de retiros prolongados en monasterios zen lograron serenar su estado de ánimo. En sus canciones son frecuentes los versos que reflejan el sufrimiento y la desmoralización, pero también, sobre todo en la última parte de su obra, muchos otros que arrojan luz y calma sobre las tormentas emocionales.


                       

Los profesionales de la salud mental sabemos que el comportamiento base del paciente depresivo es la renuncia: dado que va a sufrir de todas formas, prefiere ya “ni siquiera intentarlo”. Podría parecer que un retiro “zen” como el de Cohen estaría en sintonía con esa idea de renuncia pero no es así. El afrontamiento de los propios infiernos, y la disciplina a la hora de hacerlo, son objetivos prioritarios en estos centros. Otra característica importante que aparece en bastantes ocasiones en los pacientes depresivos consiste en relegarse al papel de víctima que delega continuamente en los demás la tarea de hacerlos sentir bien. En este sentido hay que decir que el chantaje emocional puede llegar a ser devastador para la gente más cercana. Se suele observar una tercera cualidad que define el comportamiento del depresivo y es la de contar sus penas abiertamente a cualquiera o, por el contrario, encerrarse en un estrepitoso silencio (a Cohen le apodaron en el monasterio “el silencioso”). Cuando nos encontramos con estas dos últimas características entendemos que la terapia no sólo debe involucrar al paciente, sino a las personas que lo rodean. Normalmente, es eficaz guiar a los familiares para que proporcionen al depresivo un espacio prefijado donde concentrar sus lamentaciones (lo que se conoce como técnica del púlpito) para luego, fuera de dicho ritual terapéutico, evitar cualquier discurso relativo a sus quejas. En algunas personas también es posible optar por la alternativa de hacerlo por escrito, actividad que suele tener un gran poder terapéutico, en parte gracias al distanciamiento emotivo que se produce y que provoca a su vez el desbloqueo de recursos de la persona. Empezarán a tener sentido entonces palabras como las de san Francisco de Asís cuando decía que “un simple rayo de luz puede rasgar las tinieblas más tenebrosas”, o siendo un poco más modernos, podrán identificarse con el estribillo de ese “Himno” del depresivo cantautor canadiense que afirma que “hay una grieta en todo... Así es como entra la luz”.




jueves, 28 de agosto de 2014

Violencia de género

Esta mañana hemos estado hablando en el programa "Caixón de Sastre" de Radio Obradoiro sobre algunas de las causas de la violencia de género:

http://www.elcorreogallego.es/santiago/ecg/violencia-machista-solo-podra-combatir-yendo-raiz-problema/idEdicion-2014-08-28/idNoticia-886873/

"También se puede llegar a entender el amor bajo un compromiso libre y mutuo entre las personas, rompiendo las cadenas mentales que nos atan a atávicos instintos que tienen su antropológica razón de ser en la cultura del patriarcado. Una cultura que nos ha impuesto durante siglos su modelo para el amor".


martes, 26 de agosto de 2014

Análisis Existencial

Con una clara presencia de la filosofía en sus concepciones básicas surgió el enfoque psicoterapéutico denominado “Análisis Existencial”. Husserl, con su concepto de consciencia, o Sartre con la idea de que el hombre no puede esperar encontrar sentido en el mundo exterior sino en sus propios actos, influyen en las terapias existenciales a través de la idea de que la comprensión del hombre se alcanza mejor por medio del estudio de las experiencias subjetivas de las personas que de las “fuerzas objetivas” de la naturaleza.




Uno de los creadores de este enfoque, Ludwing Bingswanger, propuso que el punto de partida para comprender la personalidad es la tendencia humana a percibir “significados” en los sucesos y, por ello, ser capaz de trascender las situaciones concretas.


                                          

La psicoterapia debe ayudar a asumir la propia experiencia en toda su plenitud...  hasta recuperar la autodeterminación.

jueves, 21 de agosto de 2014

Inseguridad

El martes El Correo Gallego nos publicaba este artículo:

LE ASEGURO QUE SOY INSEGURO

No deja de resultarme curiosa la paradójica seguridad con la que los pacientes expresan su inseguridad. A veces le añaden el adjetivo “crónico” que yo intento desmontar cuanto antes al sonarme como una especie de maldición que para quien cree en ella se convierte en una condena. Más allá de las discusiones terminológicas, el sufrimiento de quien se siente con frecuencia inseguro sobre sus decisiones y a menudo es incapaz de actuar en función de un objetivo está fuera de toda duda. Y aunque la inseguridad no pueda ser definida como una patología en sí misma, sí es cierto que cuando se generaliza y se convierte en incapacidad para decidir y actuar, se convierte en un grave problema para la persona que la padece.

La persona insegura siempre sobrevalora a los demás y la dificultad de lo que debe afrontar, mientras que infravalora sus propios recursos y potencialidades, por eso tiende a postergar la asunción de responsabilidades. La repetición de esa postergación incrementa la falta de autoestima y, en consecuencia, aumenta la sensación de impotencia de cara al mundo y a los demás. Una variante de este proceso es la de aquellos que muestran una exigencia obsesiva de valorar con antelación todas las posibilidades y eventuales efectos, para luego pasar a la acción únicamente cuando, mediante una lógica aplastante, se haya llegado a una especie de visión correcta y definitiva. En ambos casos los bloqueos vitales son continuos y les resulta muy difícil llevar adelante cualquier proyecto. Suelo observar como estos pacientes a su vez se vinculan siempre a personas que perciben como protectoras, generando una peculiar forma de dependencia.

                                           

Es necesario en cualquiera de estos casos provocar un “cortocircuito” en sus mecanismos de razonamiento. Una de las líneas de actuación es la que intenta que el “inseguro” acepte y ejecute ese precepto kantiano según el cual “no existe respuesta correcta a una pregunta incorrecta”, hasta llegar a romper su círculo vicioso de dudas paralizantes y respuestas que tratan de disiparlas pero que en realidad lo que hacen es crear más interrogantes imposibles de responder. Finalizada esta primera fase, tendrá que ir exponiéndose a pequeños riesgos y decisiones hasta que consiga confianza en sus propios recursos y pueda ver reforzada su autoestima... ¿Podría empezar así a no estar seguro de ser inseguro?

lunes, 18 de agosto de 2014

Almas gemelas

El pasado domingo El Correo Gallego nos publicaba un nuevo artículo:


ALMAS GEMELAS

Laura buscaba sin descanso a su alma gemela. Tras intercambiar varios emails con un chico andaluz (ella es norteña) durante unos cuantos meses, decidió que era “él”, y planeó realizar un viaje para conocerlo. “Lo veré dentro de muy poco” le dijo a su terapeuta antes de marchar. Cuando regresó del viaje volvió por la consulta. “No me equivoqué. Era mi alma gemela... Y le pedí que nos casásemos en la segunda cita. Pensé que no teníamos mucho tiempo y que era mejor que él supiese lo que pensaba... Pero me rechazó”. El terapeuta le preguntó entonces qué hubiera pasado si él le hubiera dicho que sí. Y ella contestó que se habría sentido “llena por una vez en la vida”. Después añadió con solemnidad: “da igual, seguiré buscando, sé que una vez que encuentre a mi alma gemela todo será maravilloso”.

Creo que se trata de un buen ejemplo de lo que es el amor como espejismo, o incluso como placebo.

Laura abandonó a su terapeuta y pasó por varios más hasta que uno de ellos le puso nombre a su “patología” (le dijo que tenía un “Trastorno de Personalidad Neurótica”) provocando que ella diera así por concluido su peregrinaje de consulta en consulta, convencida de la cronicidad e irreversibilidad de su problema.


                          


No me considero un ferviente defensor de ninguna escuela terapéutica, más bien al contrario. Creo en la crítica constructiva y en la búsqueda mucho más que en la autocomplacencia y el estatismo como forma de progreso en cualquier disciplina que ejercitemos. Me interesó durante un tiempo la perspectiva zen (que viene a ser casi lo mismo que el aclamado “mindfullness”, ahora de moda). Aunque hoy en día ya no leo tanto sobre el tema, sigo valorando y poniendo en práctica muchas de sus ideas y enfoques en la terapia. Para el zen, que un terapeuta etiquete a un paciente como “neurótico” representa un juicio, y desde el mismo momento en que lo hace, está disminuyendo las posibilidades de esa persona al implantarle una identidad de la que puede resultarle difícil escapar.



También desde ese punto de vista zen, un alma gemela no puede ser alguien o algo distinto de nosotros mismos. No es un objeto o una persona que hallaremos y que nos haga sentir completos como por arte de magia. Cuando alguien dice que tendrá una situación perfecta e idílica cuando encuentre a su alma gemela, inevitablemente acabará decepcionado y herido. Nos guste o no, todas las relaciones (y las humanas también) se definen sobre todo por una palabra: cambio.

lunes, 11 de agosto de 2014

Deseo y obsesión

No por desear algo fervientemente lo voy a conseguir... De hecho es una idea que algunos pseudo-psicólogos intentan transmitir en sus libros de autoayuda y que no solamente es falsa sino nociva. 



El deseo, si actúa como fuerza motivacional que nos empuja a adquirir las habilidades necesarias para alcanzar nuestro objetivo, y a trabajar con constancia en ello, sí es positivo. Pero si se convierte en una especie de superstición que nos libra del esfuerzo y del aprendizaje nos estará haciendo mucho daño. Cuando alguien cree que cuanto más desee que se cumpla algo, más posibilidades tiene de que eso se cumpla, lo único que está consiguiendo es despertar la respuesta obsesiva de la mente.



jueves, 7 de agosto de 2014

Acuerdo con Global Card

Hace unas semanas anunciábamos en las redes sociales del gabinete la próxima firma con la compañía Global Card. Una vez cerrado el acuerdo, os confirmamos que a partir del 11 de agosto, los beneficiarios de los grandes colectivos con los que colabora Global Card pueden ya acudir a nuestra consulta con las tarifas que les marca su compañía. El único requisito será presentar la tarjeta correspondiente. Añadimos a continuación los colectivos hasta ahora adscritos: