lunes, 29 de abril de 2019

Correlaciones

El pasado sábado me publicaba este artículo El Correo Gallego. Quisiera aclarar que en ninguna línea del artículo dice que yo esté a favor de que los niños usen el móvil u otros dispositivos similares a su antojo, o se alimenten de bollería alegremente... Se confunden habitualmente correlaciones con causalidades cuando se afirma categóricamente que tal o cual conducta produce tal o cual trastorno. No comparto ese tipo de afirmaciones (no por repetir algo muchas veces se convierte en verdadero) a partir del aislamiento artificial de variables, como si pudiéramos manipularlas y separarlas en un laboratorio, ajenos a la enorme complejidad que constituye y que rodea a cualquier ser humano.
https://www.elcorreogallego.es/opinion/firmas/ecg/eras-pequeno/idEdicion-2019-04-27/idNoticia-1179567/

jueves, 25 de abril de 2019

Artículos

Al igual que de vez en cuando publico algún artículo en el diario El Correo Gallego, también lo hago, desde hace unos meses, en la web especializada de Mundo-Psicólogos, tras haber sido nombrado parte del comité de expertos de su grupo. Agradezco la difusión y la acogida que están teniendo.

Pastillas para no soñar

"...hacer la vista gorda sin pensar en qué me pasa y tomar una pastilla para todo..."

martes, 16 de abril de 2019

Astenia primaveral

"Sin embargo, de la misma manera que muchas personas florecen en primavera, las hay que se marchitan: se sienten más fatigadas que nunca (con un cansancio que no se quita descansando o durmiendo); levantarse por las mañanas es un acto heroico y el estado de abatimiento tiñe el día a día. Este viaje entre marzo y abril al centro del agotamiento se llama astenia primaveral."

lunes, 8 de abril de 2019

Artículo en El Correo Gallego

ARDE TROYA

Se cuenta que fueron diez los años que tardaron Ulises y los griegos en conquistar Troya. Me dio por imaginar que en lugar de hablar con la diosa Atenea (o quizás complementando su charla), Ulises estuvo durante esos diez años pasando de psicoterapeuta en psicoterapeuta en improvisados consultorios a pie de playa, a las puertas de la impenetrable ciudad, para buscar una salida a aquella guerra aparentemente irresoluble y crónica. Puede que se encontrara con algún precursor de Skinner que le reforzaría o castigaría según se aproximase o no a su objetivo, y quizás después, frustrado por no alcanzarlo se entregase a los antepasados de Beck y Ellis, que le señalarían y corregirían todos los errores cognitivos que el ingenuo héroe cometía en sus intentos de solución. Es más que probable que la frustración siguiese en aumento y que entonces se pusiese en manos de algún ascendente remoto de Freud o de Lacan, que le analizarían de qué manera su conflicto edípico o sus deseos inconscientes le impedían dejar de repetir los mismos patrones. En los momentos de mayor desesperación y a punto de abandonar la batalla, puede que algún predecesor de Maslow o de Viktor Frankl le permitiera reconstruir el significado y el sentido de la lucha, quizás recordándole a su hijo Telémaco, a su esposa Penélope o a su fiel perro Argos, o incluso que algún antecedente lejano de Paul Watzlawick y la Escuela Sistémica le prescribiera el síntoma (el mismo ataque, la misma lucha) como forma de que, paradójicamente, dejara de repetirse. El caso es que tras esos diez años de intensa y diversa psicoterapia, el héroe pudo salir de sus esquemas desadaptativos, de su compulsión a la repetición, de su neurosis noógena y de sus soluciones sistémicas patológicas construyendo nuevos esquemas más racionales, no repetitivos, sublimando artísticamente sus pulsiones, encontrando sentido y significado a su proceder e ideando algo disparatado y diferente. 


Como ya sabemos, los griegos hicieron creer que se rendían, cansados de tanto batallar, pero antes de marcharse, dejaron a las puertas de la ciudad enemiga un enorme caballo de madera. Los troyanos introdujeron entonces el caballo en la ciudad sin saber que su interior estaba repleto de soldados. En cuanto se fueron a dormir, los soldados griegos salieron del caballo y abrieron las puertas de la muralla permitiendo la entrada del resto del ejército, conquistando así, desde dentro, la ciudad enemiga. Completé mi desvarío imaginando que poco después alguna revista de la época publicaría un artículo que se titularía: “Primeras evidencias empíricas de la psicoterapia”.

jueves, 4 de abril de 2019

Evidencias

No deja de ser curiosa y significativa la diferencia que existe entre los distintos países a la hora de juzgar qué tratamientos se considera que están basados (o no) en la evidencia. 

(APS-Australian Psychological Society) ha publicado recientemente una nueva revisión de las diferentes intervenciones psicológicas existentes para el tratamiento de los trastornos mentales basadas en la evidencia.
https://www.cop.es/infocop/pdf/3110.pdf