martes, 31 de diciembre de 2013

Máster Chef niños

La base de "MasterChef Niños" es la competición. Aunque se disfracen algunas pruebas como de trabajo en equipo o en parejas, el objetivo es siempre conseguir más puntos que el compañero de al lado. Aprender a cocinar, que sería lo lógico con la edad que tienen los participantes, no es relevante. La audiencia es mayor enfrentando a los críos. El circo televisivo no entiende de pedagogía ni de psicología. Tampoco de ética. Frases como "te supera la presión" o "se van a cagar conmigo" aterrizan desde un mundo adulto deshumanizado para posarse con ligereza y gracia en la boca de estos niños.

El aprendizaje cooperativo potencia la motivación intrínseca, es decir, incide en la satisfacción que produce el aprendizaje y las consecuencias en sí mismas. El aprendizaje competitivo fomenta la  actitud de beligerancia con los compañeros y busca motivaciones extrínsecas basadas en el triunfo, el reconocimiento social, el éxito... Aprender, madurar, desarrollarse... todo eso es secundario.
Son numerosas y claramente conocidas las ventajas del aprendizaje cooperativo: atribución causal más realista, mayor persistencia en las tareas, mayor curiosidad, compromiso, expectativas más altas en futuras acciones, estrategias de aprendizaje superiores, resolución constructiva de controversias, procesos cognitivos más efectivos y duraderos, implicación activa, pensamiento crítico, cohesión grupal... El trabajo en grupo implica diálogo, y requiere por lo tanto, de la expresión y de la escucha activa. El grupo fomenta la preocupación por los demás, la empatía y la aceptación, y, por consiguiente, se desarrolla la integración y se reducen tensiones.

Hay cosas que pueden hacerse en grupo que no pueden hacerse individualmente. De hecho, esto es así en la mayoría de las ciencias. Se consigue muy poco trabajando individualmente. Lo que se logra es obra de grupos, de la acción colectiva, del intercambio, la crítica y el desafío común. Decía Noam Chomsky que parte de la capacidad del sistema de dominación y control consiste, precisamente, en separar a las personas de modo que esto no ocurra.

Quiero terminar refiriéndome a otro punto del programa que me resultó lamentable. ¿Es necesario recrearse en su llanto? Todos sabemos que la frustración forma parte de muchos aprendizajes, pero, ¿qué están aprendiendo en este programa? Ver a unos niños llorar porque no logran preparar y servir la comida a más de cien personas... Alguien ha visto la gallina de los huevos de oro en este momento televisivo. Los espectadores asistimos cómplices a su sufrimiento y buscamos un discurso que nos apacigüe... "Es el mundo que les espera..."
¿Los niños? Ah, esos que espabilen. En otras partes del mundo trabajan veinte horas diarias hasta que se les cae la fábrica encima. Hacia eso vamos.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Nuevos planes

Intentaré estar despierto pero no tenso, relajado pero no dormido, vigilante pero confiado, confiado pero no blandengue, disponible pero firme, atento al contenido de la mente (propia y tuya) sin confundirlo con la mente en sí...
Intentaré estar abierto pero no perdido.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Artículo de Andrés Sampayo en El Correo Gallego


FUERTE Y BRILLANTE, DÉBIL Y TONTO

Decía Perls que la gran diferencia entre un terapeuta y su paciente es (o debería ser) que el primero
reconoce su enfermedad y no se opone a ella, mientras que el segundo se niega, se la quiere quitar de encima y su fantasía es realizar el tratamiento para no ser más un enfermo. Y por eso es tan frecuente encontrarnos con personas que realizan giras eternas de psicólogo en psicólogo, y de psiquiatra en psiquiatra, esperando que alguno le proporcione ese consejo “mágico” o esa pócima “sanadora” que le haga dejar atrás para siempre su enfermedad. Y ni ese consejo supremo aparece ni esa pócima magistral hace acto de presencia. Entre terapias superficiales que se centran en modificar conductas y cogniciones como si éstas surgieran y desaparecieran casi al azar y de modo caprichoso, y tratamientos farmacológicos que anestesian y esconden síntomas a costa de nuevas dependencias, transcurre el día a día de estos pacientes. Puede ser ese “eterno enfermo” a la vez una persona de “éxito”, no está reñida una cosa con la otra, al contrario, es bastante habitual; pero lo que sí es seguro es que vive disfrazado sin “darse cuenta”. El disfraz se encajó al cuerpo y es fácil confundirlo con la piel. Incluso podríamos preguntarnos: ¿quién dice que sea algo diferente? Mientras exista la duda...
Hasta que un día, la obra de teatro termina, el disfraz se cae, su autoimagen se resquebraja, y esa persona “de éxito”, que tuvo una ascensión “meteórica” pero que a la vez siempre se pensaba “enfermo” se rompe... Es decir, fracasa, o se siente fracasada. Las partes negadas en su proceso vital reclaman atención y protestan. Están ahí, y quieren que la persona las mire. La “crisis” requerirá un acompañamiento en la bajada al agujero negro, a la “noche oscura del alma”, como dice el propio Perls. La persona tendrá que volver a recuperarse a sí misma no solamente como alguien fuerte, brillante, poderoso, astuto, inteligente, guapo y talentoso, sino también como alguien débil, tonto, frágil, cruel, malo, mediocre, paleto, vacío... Y así completar su autoimagen con los trozos que se obligó (y le obligaron) a abandonar en el camino. La terapia tendrá que retomar esas partes y sentimientos negados, y permitir que concluyan y se cierren. A lo largo del proceso terapéutico quizá logre dejar de perseguir algo que es inalcanzable, y aprenda a aceptar. Y ojo, porque aquí surgen siempre muchos malentendidos; la aceptación no tiene nada que ver con la resignación.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Terapia de pareja...

El amor en una pareja está lleno de extrañas e insolubles complicaciones. Dependiendo de la escuela psicológica-filosófica del terapeuta al que pregunte la pareja en cuestión obtendrá las más diversas respuestas. Así, un psicoanalista freudiano empezará a hablarles de masoquismo, apego neurótico a una madre castradora, dificultades de superación del complejo de Electra o del complejo de Edipo, fascinación morbosa por lo de calidad inferior… Estos y otros motivos serían las explicaciones del amor del hombre o de la mujer en cuestión y, de la misma manera, la razón de que su amor sea insoportable. Si se dirigen a uno de esos autodenominados científicos psicólogos cognitivo-conductuales empezarán a entrar en un mundo de recompensas, castigos, pensamientos disfuncionales, ingenierías del comportamiento, reestructuraciones cognitivas, abstracciones selectivas, generalizaciones… Como seguramente todos estos términos les parezcan demasiado técnicos y reduccionistas para algo tan natural y mundano como el amor, visitarán a un psicólogo humanista que los apaciguará poniendo el énfasis en lo único y personal de la naturaleza humana, en la trascendencia del ego y en la importancia de una comunicación en la pareja que implique el reconocimiento del otro como tal… Fantástico. Todo vuelve a ir sobre ruedas.

martes, 17 de diciembre de 2013

El respeto hacia la educación

Para que un niño esté motivado por los estudios y por la escuela es muy importante que los adultos que lo cuidan le transmitan el respeto hacia la educación y el deseo de saber. Las actitudes de los niños hacia este tema suelen estar muchas veces influidas por el ejemplo de los padres.

Los padres deben mostrarle alegría cuando su hijo aprende algo nuevo. No es bueno descalificar la importancia del estudio ni siquiera haciendo una broma sobre ello. Por desgracia, es frecuente que algunos adultos digan, delante de los niños, frases del tipo: "lo que aprendí en la escuela no me ha servido de nada en mi trabajo ni en mi vida". Estas afirmaciones le dicen a ese niño que la educación tiene muy poco valor práctico, y lo desmotivan profundamente para una tarea, que, a priori, ya no es excesivamente llamativa.

Por otra parte, los padres deben interesarse a menudo por la escuela preguntando al hijo acerca de ella, cuáles son sus actividades y cómo se desarrollan sus clases, dedicando el tiempo necesario para estar al corriente de lo que ocurre. El hecho de hablarlo es ya una forma de comunicar interés, de implicarse en el proceso educativo. Los hijos que ven que sus padres se implican en su vida (con respeto, discreción y tacto), mantienen una relación más fluida con ellos y se muestran menos resistentes al diálogo.

SPOT GABINETE PSICOLOGÍA ANDRÉS SAMPAYO SANTIAGO TV


lunes, 16 de diciembre de 2013

Santiago Te Ve.

Hoy estaremos en el programa Santiago Te Ve. Se emite a las 19:30 y a las 21:50.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Fracaso?

Hay mucho más que una personalidad heredada...  Uno no es ese carácter automático con que se ha vestido para sobrevivir...
Para darse cuenta de ello suele ser necesaria una crisis, un abandono de lo que uno creía ser, y es muy frecuente que ese proceso vaya acompañado de la vivencia de fracaso. Y en cierto modo es así. Si uno no fracasa en la misión para la que estaba programado, difícilmente se da cuenta de que la cosa podría ser de otra manera...

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jueves, 12 de diciembre de 2013

La farmacia del cerebro


Día de carrera. Me levanto de la cama. Con el pie izquierdo, no. Con el derecho tampoco. Los dos a la vez. En Mónaco me fue bien así. Desayuno. Pongo mi canción favorita cinco veces seguidas. La última vez la puse cuatro y salió mal. Me visto. Los dos calcetines a la vez. Acuérdate, siempre a la vez. Esto me lleva su tiempo. No es tan fácil, no se crean. Calzones rojos como el coche. Colonia, la mía mejor que no que la única vez que me la eché estrellé el coche...




Todos los análisis teóricos y todas las estadísticas del mundo de sus asesores personales no logran arrancar a Fernando más que unas gotas emocionales de “tranquilidad”. Los humanos (no Fernando), cuando tenemos miedo podemos recurrir al invento de los productos químicos que contribuyen a crear un clima de euforia (del griego “eu”, bien, y “ferein”, llevar): alcohol, tranquimazin u otros fármacos. Fernando no puede recurrir a estos ingenios químicos para hacer frente a la invasión del miedo, ya que necesita tener sus facultades sensoriales y mentales totalmente despejadas. Fernando borracho iría eufórico al volante y sus conversaciones por radio serían más emocionantes que las que tiene sereno (y ya es decir), se pagarían aún muchos más millones de los que se pagan por tener los derechos de retransmisión de la Fórmula 1, pero lamentablemente, aún no siendo de este mundo, Fernando no saldría ileso de la primera curva.


Encuentra sin embargo el legendario corredor que ha de jugarse la vida por un puesto en el podio, toda una despensa de tranquilizantes provistos por la cultura de su sociedad en la botica mágica y religiosa. El corredor, sobre todo en el día de la carrera, procura respetar meticulosamente el código mágico de la sociedad española (evitar ciertos colores, números, personas gafes y realizar ciertos gestos prescritos). Sea cual sea la influencia real de ciertas fuerzas o seres misteriosos, el corredor, después de seguir paso a paso el ritual previsto, se siente más seguro, es decir, consigue que su ordenador cerebral, como un farmacéutico, le suministre un tranquilizante emocional que le permita hacer frente al miedo desencadenado por otro departamento cerebral que le asegura que va a jugarse la vida en la pista dentro de un rato.




miércoles, 11 de diciembre de 2013

Radio Obradoiro

Hoy a las 11:30 estaremos de nuevo en Radio Obradoiro. Para los que no vivís en Galicia, podéis escucharla a través de su página web: www.radioobradoiro.com .




martes, 10 de diciembre de 2013

Terapeuta de piedra


Muy bien, ya hemos llegado. Ahora detente y recoge una piedra. Cualquiera. Tal vez la elijas por su color o por su forma, por alguna característica peculiar o simplemente por su vulgaridad. Da igual. ¿Esa? Perfecto. Ahora gírala sobre tu mano. Familiarízate con ella. Advierte su color, su contorno, sus hendiduras. Poco a poco la piedra empieza a cobrar otra realidad para ti. Sigue explorándola. Percibe su temperatura y su textura. La piedra está tornándose cercana. Quizá te des cuenta de que comienzan a entrar en juego otros factores mentales… Posesión. Recuerdos. Sentimientos. Juicios estéticos. No dejes que se aferren. Prueba a mantener la atención aquí, en esta piedra. La piedra es siempre otro: maravilloso y misterioso. Como tal, puede ser un amigo y no simplemente una prolongación de ti mismo.


Aparece la ternura. Empiezas a preocuparte por la piedra. Consagras solicitud al objeto. Desde un punto de vista materialista, esto es absurdo, ¿no? La piedra carece de valor monetario y de una mínima utilidad. ¿Para qué te sirve esta piedra? ¿Qué ganas con ella? ¿Para qué la has cogido? Y siendo así… ¿Por qué la solicitud? No deberías preocuparte por conseguir que se te devuelva algo. No deberías tener sentimientos de ternura por algo con el fin de que seas capaz de venderlo o de usarlo. Sencillamente intenta apreciar la piedra en sí misma. En algunos aspectos, una piedra es en especial fácil de cuidar porque no pide nada a cambio… La piedra no considera. La piedra no exige que pagues una cantidad. ¡La piedra no quiere nada! Y ahora estarás pensando: “¿y cómo se cuida algo que no me pide nada a cambio?”. Y a continuación surgirá la tentación de preguntar: ¿Es la piedra un terapeuta? ¿Es la piedra el mejor terapeuta?


lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Un loco curado?

"Sigo pensando que los criterios de curación en psiquiatría son bastante confusos y distan mucho de ser objetivos. Contrariamente a lo que ocurre en las enfermedades somáticas, en las psíquicas la opinión del paciente apenas cuenta. Y sorprendentemente, la del psiquiatra tampoco. La curación del enfermo psíquico no es una consecuencia de un acto médico, sino que es una cuestión social, en tanto que debe ser “decidida” por el consenso colectivo del medio. Curar significa apaciguar la conducta discordante, conseguir que esa persona pase a ser socialmente normal, sin tener en cuenta sus padecimientos y contradicciones internas. Esta curación supone, a menudo, una mayor interiorización de sus conflictos, así como el cierre de unas vías de expresión de sus sentimientos. Es evidente que la psiquiatría y la psicología han conseguido desde hace tiempo controlar a la locura, reducirla a la normalidad, domesticarla y quitarle peligrosidad, y sin lugar a dudas, son logros importantes, aunque a cambio se les reste a los pacientes espontaneidad, expresividad y comunicabilidad. Pero estos atributos parecen no tener relevancia… Un loco curado es aquél que puede lograr el éxito profesional medianamente aceptable, el que trabaja con asiduidad, gana un salario suficiente y por tanto puede participar alegremente en la sociedad de consumo. Da igual que su incomunicación sea patente y que en su interior albergue una bomba de relojería. En cambio, si no es un buen consumidor y no puede demostrar su capacidad productiva, tendrá dificultades en su comunidad, la que al menor “descuido” procurará imponerle un tratamiento psiquiátrico. Hemos pasado a un criterio de rentabilidad económica para la evaluación del comportamiento humano..."

                                                               Foto: @Anton_Gomez

viernes, 6 de diciembre de 2013

Lo importante es...

Voz de Lucía Vázquez, foto final de @Anton_Gomez y música de HDC... Esperamos que os guste.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Influencias en el ensueño


“Está todo el día escuchando a ese melenudo en su habitación. Tiene todos sus discos, todas sus camisetas y ha empezado a vestirse como él. No sé si debo preocuparme o si es únicamente una cosa pasajera. Al menos, y por lo que me he enterado, sus amigos de clase no están igual. A nadie más parece importarle lo más mínimo el cantante ese... Espero que se le pase pronto la tontería.”
 
 
Aunque en un preadolescente sea considerable la influencia de la familia y de las relaciones escolares, no obstante, no son las únicas. No hay que olvidar lo que traen consigo las lecturas, el cine, la televisión, la música y, por lo general, todo el mundo cultural y de entretenimiento en que está sumido el joven.
El adulto frecuentado por el preadolescente, tiende a convertirse en su modelo. Pero el “héroe” con el que ha tropezado en una lectura, una película o una canción, puede tener una influencia parecida, incluso si se encuentra lejos o aunque haya muerto. Esto sucede, especialmente, a una edad en la que uno se evade en el ensueño.

Con frecuencia, los valores encarnados en el “héroe” corresponderán al del ambiente juvenil. Nada tiene de extraño, si pensamos en la importancia de las modas que determinan la elección de la ropa, la música, los espectáculos...


A veces, por el contrario, el “héroe” puede estar muy alejado del ideal colectivo. Entonces surgirá el conflicto, y poco a poco, el preadolescente se verá obligado a escoger. Durante un tiempo intentará mantener la existencia de ambos terrenos pero llegará un momento en que esa coexistencia ya no será posible: o bien el “héroe” se esfumará en la conciencia del joven, o bien, se separará, poco a poco, del grupo.

Este aislamiento no se producirá sin una cierta ambigüedad: podemos estar ante el punto de partida de la construcción de una fuerte personalidad (que sea adaptativa o no ya es otro tema); o, por el contrario, puede ser un medio de huir de un mundo que le hiere, que le hace daño y que le resulta desagradable, impidiendo esa retirada y evitación del joven, la posibilidad de evolucionar.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Represión



Es frecuente que relacionemos la parte inconsciente de una persona con su parte más irreflexiva, y viceversa; la parte consciente de la mano de la reflexión racional. No obstante, no es difícil aceptar que cualquier reflexión intelectual es, por supuesto, siempre consciente, pero también es fácil de ver que no todo lo que es consciente es reflexión intelectual. Si nos proponemos hablar del inconsciente y lo consciente como estados de conocimiento y falta de conocimiento, respectivamente, más que como “partes” de la personalidad, también tendríamos que considerar qué es lo que impide que una experiencia llegue a nuestro conocimiento, y no sólo eso, sino también la razón por la que habríamos de intentar ampliar el dominio del territorio consciente.

                                                       Imagen: www.simplypsychology.com
 
 

Es obvio que gran parte de lo que las personas tenemos en nuestra mente consciente es ficción y engaño; y es así, no tanto porque seamos incapaces de ver “la verdad”, sino, entre otras razones, por la función de la sociedad. La mayor parte de la historia humana se caracteriza por el hecho de que una pequeña minoría ha dominado y explotado a la mayoría de sus semejantes. Para hacerlo, la minoría utiliza, por lo general, la fuerza física (sí, la violencia), implícita y también en muchas ocasiones explícita (ya se sabe, violencia legal si la ejerce el dominador, acto delictivo o terrorismo si la ejerce el dominado ). Tampoco hay que ser ingenuo y pensar que este tipo de fuerza, por sí sola, es suficiente para mantener cualquier situación en el tiempo. A la larga, la mayoría ha tenido que aceptar su propia explotación voluntariamente, y esto sólo es posible si su mente se ha llenado de mentiras y ficciones que justifican y explican su aceptación del dominio de la minoría.

 
                                                                        Foto: @Anton_Gomez
 


La “minoría dominadora”, siendo consciente de la imposibilidad del individuo de vivir en una permanente disonancia cognitiva, facilita a un precio muy asequible una amplia gama de mentiras y excusas que sabe que la amplia mayoría de la “mayoría dominada” (valga la redundancia), comprará (y nunca mejor dicho) gustosamente para poder “vivir normalmente”. Para esos pocos que no “compran” ya se les buscarán otros mecanismos de control. De este modo, la sociedad no sólo contribuirá activamente a infundir nociones ficticias e irreales, sino que intentará impedir que aflore la conciencia de la realidad. Y es precisamente este punto el que nos conduce directamente a uno de los problemas centrales de cualquier terapia psicológica: la represión.