jueves, 5 de diciembre de 2013

Influencias en el ensueño


“Está todo el día escuchando a ese melenudo en su habitación. Tiene todos sus discos, todas sus camisetas y ha empezado a vestirse como él. No sé si debo preocuparme o si es únicamente una cosa pasajera. Al menos, y por lo que me he enterado, sus amigos de clase no están igual. A nadie más parece importarle lo más mínimo el cantante ese... Espero que se le pase pronto la tontería.”
 
 
Aunque en un preadolescente sea considerable la influencia de la familia y de las relaciones escolares, no obstante, no son las únicas. No hay que olvidar lo que traen consigo las lecturas, el cine, la televisión, la música y, por lo general, todo el mundo cultural y de entretenimiento en que está sumido el joven.
El adulto frecuentado por el preadolescente, tiende a convertirse en su modelo. Pero el “héroe” con el que ha tropezado en una lectura, una película o una canción, puede tener una influencia parecida, incluso si se encuentra lejos o aunque haya muerto. Esto sucede, especialmente, a una edad en la que uno se evade en el ensueño.

Con frecuencia, los valores encarnados en el “héroe” corresponderán al del ambiente juvenil. Nada tiene de extraño, si pensamos en la importancia de las modas que determinan la elección de la ropa, la música, los espectáculos...


A veces, por el contrario, el “héroe” puede estar muy alejado del ideal colectivo. Entonces surgirá el conflicto, y poco a poco, el preadolescente se verá obligado a escoger. Durante un tiempo intentará mantener la existencia de ambos terrenos pero llegará un momento en que esa coexistencia ya no será posible: o bien el “héroe” se esfumará en la conciencia del joven, o bien, se separará, poco a poco, del grupo.

Este aislamiento no se producirá sin una cierta ambigüedad: podemos estar ante el punto de partida de la construcción de una fuerte personalidad (que sea adaptativa o no ya es otro tema); o, por el contrario, puede ser un medio de huir de un mundo que le hiere, que le hace daño y que le resulta desagradable, impidiendo esa retirada y evitación del joven, la posibilidad de evolucionar.

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