El amor en una pareja está lleno de extrañas e insolubles complicaciones. Dependiendo de la escuela psicológica-filosófica del terapeuta al que pregunte la pareja en cuestión obtendrá las más diversas respuestas. Así, un psicoanalista freudiano empezará a hablarles de masoquismo, apego neurótico a una madre castradora, dificultades de superación del complejo de Electra o del complejo de Edipo, fascinación morbosa por lo de calidad inferior… Estos y otros motivos serían las explicaciones del amor del hombre o de la mujer en cuestión y, de la misma manera, la razón de que su amor sea insoportable. Si se dirigen a uno de esos autodenominados científicos psicólogos cognitivo-conductuales empezarán a entrar en un mundo de recompensas, castigos, pensamientos disfuncionales, ingenierías del comportamiento, reestructuraciones cognitivas, abstracciones selectivas, generalizaciones… Como seguramente todos estos términos les parezcan demasiado técnicos y reduccionistas para algo tan natural y mundano como el amor, visitarán a un psicólogo humanista que los apaciguará poniendo el énfasis en lo único y personal de la naturaleza humana, en la trascendencia del ego y en la importancia de una comunicación en la pareja que implique el reconocimiento del otro como tal… Fantástico. Todo vuelve a ir sobre ruedas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario