viernes, 29 de julio de 2016

Domingo en Radio Galega

O domingo 31 de xullo ás nove da mañá (aproximadamente) falarei na Radio Galega sobre trastornos de ansiedade.
http://www.crtvg.es/rg

lunes, 11 de julio de 2016

Sigo escribiendo

“Huye del león, se encuentra con el oso, entra en casa, apoya la mano en la pared y le muerde una culebra”. El libro de Amós describe a la perfección la condición del angustiado, aquel que trata de huir inútilmente de una condena inevitable. El sentido común parece sugerir (aunque con malos resultados) que si quiero someter a “la bestia que me muerde el alma”, debería evitar esforzarme por no mirarla y pensar en positivo. Sin embargo, se trata de todo lo contrario: he de afrontarla estratégicamente situándola en un espacio, en un tiempo y en un procedimiento determinados. Uno de los más efectivos es el ejercicio de escribir con todo detalle nuestras expectativas angustiosas, de modo que se desarrolla de manera progresiva una lejanía emocional respecto a eso que tanto tememos. La descripción de estas expectativas angustiosas las convierte en casi aceptables e insensibiliza progresivamente la angustia que sentimos hacia ellas. Escribir por la mañana y luego comprobar por la noche cuáles de nuestra funestas previsiones se han cumplido es una manera de romper el mecanismo de pensamiento catastrófico, incluso aunque alguno de esos acontecimientos se cumplan. Séneca nos brindó un ejemplo de esta estrategia. Durante su exilio en Córcega, mientras esperaba la inexorable condena a muerte impuesta por el emperador Calígula, en lugar de desterrar sus pensamientos sobre la muerte, los tenía presentes todos los días y los transcribía con todo detalle. Parece que el filósofo pudo afrontar así con mayor serenidad las torturas a las que fue sometido. Y es que el acto de escribir tiene la propiedad de sumergirnos totalmente en lo que describimos, pero, al mismo tiempo, nos permite alejarnos de ello. Repetir este ejercicio de manera cotidiana nos da la capacidad de aceptar también lo inaceptable, pero, sobre todo, reduce los angustiosos controles mentales de los que somos capaces. 


La estrategia vale también en aquellos casos en los que alimentamos resentimientos u hostilidades hacia alguien. Si cada día nos esforzamos en escribir las acusaciones y los insultos que nos gustaría decirle a esa persona, al cabo de un rato la rabia se calmará y la persona a la que detestamos nos parecerá más aceptable. Medio en broma y medio en serio, decía Emil Ciorán que gracias a este recurso había conseguido convivir consigo mismo...

viernes, 1 de julio de 2016

La carta

Reproduzco la carta que una maestra le escribió a Lionel Messi tras su renuncia a la selección:

"Probablemente jamás leas esta carta. Pero la escribo igual, no como hincha del fútbol sino como docente argentina, esa profesión que elegí y que me apasiona como a vos la tuya.
Podría escribirte sobre la maravilla de tus talentos para el deporte más amado de nuestro país, sobre el placer que me moviliza ser una de las generaciones que pueden verte desplegar la magia en tus botines, sobre la admiración que despertás en cada uno de los gurises del mundo entero. Pero todo eso sería repetir frases hechas. Por eso voy a escribirte para que me ayudes en un reto mucho más complejo de los que hasta ahora enfrentaste, quiero que me ayudes en la difícil misión de formar las conductas de esos chicos que te ven como un héroe futbolero y como un ejemplo a seguir.
Por más amor y dedicación que ponga en mi trabajo, jamás tendré de mis alumnos esa maravillosa fascinación que sienten por alguien como vos. Y hoy verán a su más grande ídolo rendirse. Te ruego que no les des el gusto a los mediocres, a esos que frustrados por sus miles de metas no alcanzadas vuelcan sus rencores en un jugador de fútbol, a esos que opinan de todos los demás porque hacerlo es fácil y gratuito. Y te lo dice una maestra que con el abismal espacio que nos separa, lidia con esa liviana costumbre argentina de creer que el trabajo de otro es sencillo, que meter goles en un arco es tan simple como construir una casa o formar el futuro de una persona. Esa enferma necesidad de tocar siempre de oído, de ponernos en jueces insensatos que sentencian con desprecio y arrogancia el desempeño del otro, poniendo con valor solo las victorias y desmereciendo los errores como fracasos, esos mismos errores que nos hacen humanos en continuo aprendizaje.
Por favor no renuncies, no les hagas creer que en este país solo importa ganar y ser primero. No les muestres que por más éxitos que uno coseche en la vida, nunca terminará de conformar a los demás y peor aún, no les hagas sentir que deben vivir para conformar a los otros. No les brindes ese mensaje errado de que a pesar de tantas adversidades superadas, a pesar de pelearla desde muy pibe para llegar a ser el hombre triunfador de hoy, a pesar de asumir responsabilidades desde muy temprana edad y haber luchado hasta con impedimentos físicos para lograr tus sueños, todo eso se opaca ante las críticas de los envidiosos que en el fondo solo desean ser como vos.
Si vos que tuviste la familia acompañándote, que tenés un rico patrimonio personal y el apoyo de tanta gente, no lo logras, ¿cómo podrían ellos creerse capaces de continuar adelante pese a tantas batallas que día a día deben enfrentar?
Yo no les hablo a ellos del Messi que juega maravillosamente al fútbol, sino del que practicó miles de tiros libres para lograr embocar la pelota en ese ángulo inalcanzable para cualquier arquero; les hablo del Messi que soportó siendo un niño como ellos tantas dolorosas agujas para seguir en pie tras lo que amaba; les hablo del Messi que con todo el dinero que ha ganado ayuda a otros chicos como ellos en sus diferentes dificultades; les hablo del Messi hombre, el que formó su familia y lidia todos los días con el rol más importante que es ser un buen padre; les hablo del Messi que impide que un fanático que lo sorprende en pleno partido salga de allí lastimado; les hablo del Messi que puede equivocarse hasta errando un penal porque de fallas estamos hechas las personas y eso les muestra que hasta el más grande de todos los tiempos es imperfecto.
No te rindas, no guardes la camiseta con los colores de nuestra Patria porque al ponértela te convertís en un argentino más que nos representa a todos, y no todos esperamos medallas y copas para sentirnos maravillosamente orgullosos de que vos lo seas. No hagas que mis gurises sientan que salir segundos es una derrota, que el valor de las personas está en cuán llenas estén sus vitrinas, que perder un partido es perder la gloria.
Mis alumnos necesitan entender que los más nobles héroes, sin importar si son médicos, soldados, maestros o jugadores de fútbol, son los que brindan lo mejor de sí mismos para el bienestar de otros, aun sabiendo que nadie los valorará más por ello, sabiendo que si lo logra, el triunfo es de todos, pero si falla el fracaso solo será de él, y aun así lo intenta. Pero sobre todo, se tiene heroísmo y hombría, cuando se lucha y superan las pérdidas con coraje y entereza, aun con todo el universo diciéndonos que no vamos a lograrlo.
Y un día se encuentran con la mayor de las victorias: ser felices siendo ellos mismos, sin reclamarse cuántos demonios debieron enfrentar para lograrlo.
Todos hablan de pelotas, yo creo en la fortaleza de tu corazón."