lunes, 27 de octubre de 2014

Hablar por hablar

Una vez más, lo que voy a contar puede parecer que dispara directamente contra mi profesión...
Creo que una de las cosas más sobrevaloradas por el sentido común es el poder taumatúrgico absoluto de las palabras. Muchos especialistas sostienen que abrirse y hablar de nuestras dificultades y problemas "viene bien". Algunos, defensores de la "sinceridad a toda costa", incluso le atribuyen un valor ético. 



La idea de que hablar a toda costa está contraindicado ya era conocida por los los expertos en el arte de la retórica del pasado. "El arte de callar" es un valioso manual del siglo XVIII que sugiere con diversos ejemplos que el silencio es, en muchas ocasiones, más eficaz que la palabra.




Mi experiencia como terapeuta me dice que hay condiciones en la que hablar y socializar nuestras emociones se acaba convirtiendo en algo patógeno, como en el caso de los miedos y de las obsesiones: hablar de ellos y hacer que alguien nos escuche suele acabar confirmando la validez de nuestras percepciones y convicciones patógenas, y lo que es peor, alimentándolas...

jueves, 23 de octubre de 2014

Trabajo clínico

El trabajo clínico consiste en estudiar el caso, en sus dimensiones subjetivas y biográficas, de acuerdo con las circunstancias y el mundo...
Las grandes tradiciones psicoterapéuticas no necesitan diagnósticos formales (psicoanálisis, humanismo, existencialismo, sistémica, conductual, contextual...).



Sigo pensando que la ayuda psicoterapéutica puede realizarse sin diagnósticos, centrándose en los problemas presentados en la actualidad y en las experiencias vividas en el pasado.

lunes, 20 de octubre de 2014

¿Qué estamos diagnosticando?

El fin de semana El Correo Gallego nos publicaba este artículo:


¿SON ENFERMEDADES?

Hace tiempo que la psicología y la psiquiatría están sumidas en una considerable crisis. Con la predestinación genética en tela de juicio, sin marcadores biológicos, sin psicopatología y, lo que faltaba, sin diagnósticos. El flamante DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) ha sido poco menos que desautorizado y prácticamente desahuciado por algunas de las voces más relevantes y respetadas del gremio de la salud mental. La salida a este laberinto en el que estamos parece dividirse en dos caminos: un mayor enloquecimiento ultrabiologicista buscando desesperadamente lo que no se encuentra, o un asentamiento en el terreno que queda entre el individuo y la sociedad, que es donde los pacientes tienen los problemas que tienen, y donde, para mí, debería estar la psicología, dejándonos de paso por el camino esa obsesión con el modelo médico. Y es que el problema del modelo médico, cualquiera que sea su variante, es que, en realidad, los trastornos mentales no son exactamente enfermedades. Por mucho que intentemos convencernos de lo contrario no podemos decir que constituyan categorías diagnósticas con entidad definida. 




Los diagnósticos del DSM se sabe que tienen fiabilidad (aunque nunca puede hablarse de fiabilidad en términos absolutos ya que los instrumentos de medida dependerán de los contextos de aplicación), pero no por ello tienen validez, que en realidad es lo relevante. Una medida puede ser fiable y, sin embargo, ser de poca validez para el propósito que se mide. La frecuente comorbilidad y la invención de nuevas categorías clínicas en cada nuevo manual son pruebas evidentes de la falta de validez de esas categorías. Lamentablemente para el paciente, lo que suele ocurrir es que los diagnósticos tipo DSM acaban dejando fuera buena parte del contenido de lo que le pasa a la persona. Tampoco sirven para predecir la evolución, ni mucho menos la respuesta al tratamiento. No deja de resultarme curioso que aparezca tantas veces eso de “Resistencia al Tratamiento” pues no deja de ser un diagnóstico que, además de tautológico, pone de nuevo en evidencia la mencionada validez (en este caso validez predictiva), convirtiendo el fallo de la medicación en un criterio diagnóstico. Si finalmente entráramos en el terreno de la validez conceptual creo que nos daríamos cuenta de que el problema es aún más grave, y es que a veces los psicólogos y psiquiatras deberíamos preguntarnos: ¿sabemos qué son realmente los fenómenos clínicos que estamos diagnosticando?

jueves, 16 de octubre de 2014

Pase usted antes por el psiquiatra...

Me parece lamentable que tanto desde el sistema de salud público como desde las aseguradoras privadas se siga considerando que la visita al psiquiatra (y la consiguiente medicación) debe ser la primera línea de actuación y "a lo mejor después terapia psicológica si pareciera necesaria y así lo prescribe el psiquiatra". La capacidad de juicio y de decisión de la persona que solicita ayuda queda totalmente en entredicho...

En este contexto, la terapia psicológica tiene un papel secundario, incluso me da la sensación de ser algo así como cosmético... 
La realidad es que los casos que nos llegan a terapia psicológica acaban siendo en muchas ocasiones los "desahuciados" por y para la medicación. Y la cuestión es que la medicación está probablemente en la base del creciente empeoramiento de la salud mental.






Si en algo estaba acertado el DSM era en excluir de la condición de psiquiátricos los trastornos debidos a condiciones propiamente médicas. Se reconoce el trastorno mental por su primordial naturaleza funcional... Y es que si tuviera una causa orgánica determinada, ya no sería psiquiátrico sino, por ejemplo, neurológico...

martes, 14 de octubre de 2014

Actualizando EMDR

Psiquiatras, psicólogos y otros profesionales que trabajan en el ámbito de la salud mental hemos pasado tres intensos días en Barcelona actualizando nuestra formación en el enfoque EMDR:
http://es.wikipedia.org/wiki/Desensibilizaci%C3%B3n_y_reprocesamiento_por_movimientos_oculares


lunes, 6 de octubre de 2014

Terapias narrativas

LA SINIESTRA HISTORIA DEL RATONCITO PÉREZ

Cuando un paciente viene a consulta suele empezar por contar “su historia”. La firmeza, convicción y proliferación de detalles me hacen caer fácilmente en la tentación de pensar que “eso es exactamente lo que ocurrió, ni más menos...”. Luego uno empieza a darle vueltas al tema, y entiende, una vez más, que cualquier relato puede ser contado de múltiples maneras. No hay formas infinitas ya que las posibles alternativas están limitadas, pero sí muchas. Lo fundamental es entender que ninguna historia abarca toda la experiencia del sujeto, y por tanto, que ninguna contempla toda la información posible. Siempre quedan resquicios, información no usada que puede utilizarse para organizar el relato de otra manera. Un simple cambio de perspectiva en la orientación abre puertas completamente nuevas a lo que hasta entonces podía ser una historia de fracaso y decepción o todo lo contrario. Me encontraba el otro día dándole vueltas a estos temas cuando empecé a escuchar a mi lado a un padre contarle a su hijo la famosa historia infantil del ratoncito Pérez. Al niño se le acababa de caer su primer diente de leche y escuchaba a su padre totalmente embelesado. Es una historia que se cuenta también en otros países con personajes distintos pero siempre aparentemente entrañables. De hecho, otro padre me comentó días después que él le había tenido que explicar a sus hijos cuando éstos se habían enterado por unos compañeros del colegio que había otros “seres” en otros países que hacían lo mismo que su ratoncito Pérez, que “el ratón, l´angelet, la ardilla y el hada hacen cosas parecidas porque trabajan todos en la misma empresa multinacional”. Me hizo gracia su comentario y a raíz de esa etiqueta maldita (empresa multinacional) empecé a plantearme que también se podría construir un relato bastante más desasosegante con los currantes de esa empresa... 


¿Qué pasa si nos centramos únicamente en la conducta de estos seres? Se llevan el diente, una pieza de marfil al fin y al cabo y por tanto un material valioso, que intercambian por un pequeño detalle como una golosina o una moneda de muy bajo valor y ese marfil desaparece para siempre. Además, se llevan los dientes de todos los niños y niñas del mundo, los acaparan y no se sabe qué hacen con ellos. Los niños del mundo deberían unirse y reclamar urgentemente una ley de transparencia sobre las actividades de estos tipos. Desde luego, parece una historia de traficantes, con todas las connotaciones negativas que ello tiene... ¿Cómo es posible que hayamos estado tanto tiempo equivocados?

jueves, 2 de octubre de 2014

De nuevo en Santiago TV

Durante los próximos días se emitirá en Santiago TV un reportaje sobre el gabinete con motivo de nuestro primer aniversario. Pronto pondremos el enlace para poder verlo directamente desde aquí.