miércoles, 30 de abril de 2014

Ironías...

Las sugestiones, los consejos moralizantes, la persuasión mediante tecnicismos, el apoyo paternalista, la palmadita afectuosa… son algunos de los utensilios que utilizará. Si insistes en “no curarte” siempre le quedará el recurso de decirte frases estereotipadas como: “¡hombre, es que usted no pone nada de su parte!” o “haga un esfuerzo para distraerse y no piense más en ello”… Si además gozas de una buena posición económica, existe la posibilidad de que te recomiende ir una semanita al Caribe, otra semanita a una estación de deportes de invierno y finalmente a algún balneario de moda para desestresarte de tanto viaje. En último término, y si llegas a resultar realmente fastidioso y angustiante, te derivará a un psicoanalista con quien, por una pequeña fortuna mensual quizás llegues a conseguir algo en el plazo de unos años. Si tus ingresos no te permiten las anteriores posibilidades, te aconsejará que practiques yoga en el local social del barrio y que te busques un “hobby” saludable que te mantenga ocupado y no sea muy caro. Lo importante es que no pienses, no afrontes, no sientas y no clarifiques el juego al que estás sometido. Es mejor olvidar, negar, reprimir, desplazar, sublimar… y además, fomentar esa dependencia emocional hacia el terapeuta con que todo individuo llega a la primera consulta...


lunes, 28 de abril de 2014

Resignación

Ni siquiera la astucia de la célebre zorra de Fedro, que abandona las uvas con la excusa de que no están lo bastante maduras y, por tanto, no merecen ni un esfuerzo más, puede salvarnos de los terribles efectos para nuestro estado de ánimo de nuestras renuncias. La frustración derivada de un fracaso nunca será tan negativa como un proyecto al que renunciamos (por el miedo a ese fracaso).

Decía Balzac que " la resignación es un suicidio cotidiano".


viernes, 25 de abril de 2014

Pánico

Las personas que sufren ataques de pánico recurrentes tienen una tendencia a interpretar de forma errónea y catastrófica las sensaciones corporales que experimentan. La interpretación de esas sensaciones produce una elevación de la ansiedad que a su vez aumenta la atención a las sensaciones físicas iniciales, generándose así un círculo vicioso que acaba desembocando en el ataque de pánico


                                          

En la terapia, el objetivo de la exposición interoceptiva, lo mismo que en el caso de la exposición a los estímulos fóbicos externos, no es otro que el poder debilitar la asociación entre las señales corporales específicas y las reacciones de pánico.

                                        

Otro punto importante serán las recomendaciones que le demos al paciente de cara a abandonar las llamadas “conductas de seguridad”, que son aquellos comportamientos que el sujeto lleva a cabo para contrarrestar las sensaciones corporales y evitar la catástrofe que está anticipando. Ejemplos de este tipo de conducta son el agarrarse con fuerza a un amuleto, cerrar los ojos con fuerza repitiéndose alguna frase, movimientos estereotipados, beber, fumar, uso de drogas... Si permitimos estas conductas no podremos lograr el cambio cognitivo que buscamos ya que reducirán momentáneamente la ansiedad pero mantendrán las creencias distorsionadas, actuando de forma similar a las compulsiones en los pacientes obsesivos.

miércoles, 23 de abril de 2014

Positivamente desengañado


Es abrumador el creciente número de psicólogos, coachers y economistas de moda que salen continuamente en los medios de comunicación intentando demostrarnos que el denominado “pensamiento positivo” influye en el bienestar y en la felicidad de las personas. A menudo olvidan decirnos que aunque algunos resultados puedan sugerir una correlación entre el bienestar (¿qué significa este término?) y la puesta en práctica de eso que llaman “pensamiento positivo”, son mucho más numerosas las demostraciones de que el hundimiento de las ilusiones suscita profundos desengaños que a menudo conducen a formas de depresión patológica. Y es que todos sabemos que cuanto más grandes son las expectativas, más devastador es el efecto de la desilusión cuando éstas no se realizan. 

                                          

Las personas que han investigado al respecto saben muy bien que el mecanismo de la profecía autocumplida funciona mucho más en sentido negativo que positivo. Cuando, de modo voluntario y consciente, nos esforzamos en ser positivos el resultado es paradójico. Por ejemplo, si el paciente al que atiendo está triste y yo me esfuerzo en decirle que debe pensar en positivo y que así se acaba su problema, termina deprimiéndose todavía más. Si tiene miedo y le digo que lo que tiene que hacer es pensar de forma optimista, acaba asustándose más aún. Tengo muy claro que no ayudaré a nadie de esta manera. Los defensores del pensamiento positivo infravaloran las evidencias empíricas de los efectos casi siempre paradójicos del intento de influir sobre la realidad. No suelen decir en sus libros ni en sus conferencias que fenómenos muy conocidos como el “efecto placebo” y el “efecto expectativa” del paciente, no se obtienen a través del esfuerzo voluntario de pensar algo así como “sé que esta pastilla es un placebo pero si pienso que es un potente analgésico me va a pasar el dolor de cabeza” sino gracias a elementos sugestivos involuntarios y no conscientes. Cuando el autoengaño se hace explícito pierde su poder. El pensamiento positivo únicamente funciona cuando ya se han obtenido los resultados positivos, pero porque en esos casos la confianza en las capacidades propias aumenta (y por tanto los esfuerzos en esa misma línea) gracias a que comprobamos nuestra eficacia, es decir, justo lo opuesto a esa expectativa ilusoria que propone el “pensamiento positivo”.

lunes, 21 de abril de 2014

Coaching grupal

Mañana empezaremos una serie de sesiones de coaching con los trabajadores del Hotel Congreso.


miércoles, 16 de abril de 2014

Y vuelve la calma

Estabas rabiosa y no conseguía ayudarte. No sabía qué hacer. Quería entenderte. Captar tu mundo sin robarte nada. Porque robar supone apoderarse de algo. Y yo no buscaba eso. Intentaba convertirme en ti sin obligarte a que tú te convirtieras en mí. Es así como empecé a poder ver a través de tus ojos y a sentir como tú. Y ese fue el principio de todo lo que pasó después. Entendiste que el sufrimiento procedía de nuestra implicación en la defensa del yo... y que en realidad no había ninguna posición que defender. En el mismo momento en que empezaste a abandonar esa defensa, simultáneamente se alejó el padecimiento mental… Cualquiera que quiera dedicarse a la terapia debe empezar por aquí. Sin este paso nunca podrá llegar a empatizar con la persona que tiene delante, y por tanto, no podrá ayudarla.Empatizar es hablar y actuar con una intuición precisa del mundo de otro individuo como es visto, sentido y entendido desde dentro. Significa conocer el sufrimiento de una persona como propio sin perder libertad o saber en el proceso. La compresión es distinta de la identificación ordinaria, que es la que sucede cuando nuestro ego se implica, buscando algo para sí. La comprensión implica aceptación incondicional y es intrínsicamente terapéutica. Como escribió Rogers, el fundador de la terapia centrada en la persona: “Hallarse con otro de esta manera significa que por el momento usted deja a un lado sus propios valores y opiniones con objeto de penetrar en el mundo del otro sin prejuicios. En algún sentido, supone dejarse al margen a uno mismo”.

                                        

Todos podemos ser (y somos) un poco terapeutas en nuestra vida cotidiana. La primera reacción, y más cuando estamos envueltos en una situación con mucha carga emocional, suele ser negativa: “Yo no puedo aguantarte”, “hay gente que se entiende y otra que no”, “vete a darle el coñazo a otro”, etc... Aunque nos parezca que no, contamos con una facultad de comprender a otros mucho mayor de la que sospechamos. Lo primero es aprender a escuchar. Simplemente con una escucha activa, se desencadena en la mente de la otra persona un poderoso proceso de transformación. El mismo Rogers, después de sus trabajos sobre los problemas raciales en los Estados Unidos, señalaba que incluso la rabia necesitaba ser escuchada. Y eso no significaba que sencillamente bastara con ser oída. Tenía que ser aceptada, asumida y entendida. Solo así empezaba a disolverse. Y volvía la calma.

martes, 15 de abril de 2014

De nuevo en Radio Obradoiro

El miércoles 16 de abril, a las once y media de la mañana, estaremos de nuevo en Radio Obradoiro. En esta ocasión tocaremos el tema de los comportamientos violentos en la adolescencia tras haber sido un tema de actualidad en las últimas semanas por la aparición de nuevos vídeos en los telediarios y en la redes sociales de grabaciones de peleas especialmente crueles entre chicos y chicas de muy poca edad.

lunes, 14 de abril de 2014

El infierno son los otros

Comenzando con estas palabras de Sartre, me gustaría hoy fijarme en el infierno en el que se pueden convertir las relaciones entre las personas. El antropólogo e investigador Gregory Bateson, figura clave en este tema, comprobó que en toda comunicación existe siempre un plano objetivo y otro de relación. De este modo, Bateson nos ayuda a entender mejor, por ejemplo, muchos de los problemas que existen en las parejas. Imaginemos que un hombre se pasa toda la noche del viernes preparando una tarta especial para celebrar los dos años que lleva saliendo con su chica. Cuando llega la comida del sábado, y en especial el postre, el hombre le dice a su pareja: “Esta tarta está hecha según una receta que me enseñó mi madre hace mucho tiempo, ¿te gusta?” Si le gusta, puede responder simplemente “sí” y él se alegrará. Pero si no le gusta y además no le importa causar un desengaño a su chico, puede responder únicamente “no”. La peor situación, y estadísticamente más frecuente según Bateson, es cuando ella encuentra la tarta horrible, pero no quiere desilusionar a su pareja. En el denominado plano objetivo (es decir, el que se refiere al objeto “tarta”), la respuesta tendría que ser “no”. En el plano de relación tendría que responder “sí”, pues no quiere ofenderlo. Su respuesta no puede ser “sí” y “no” a la vez. Así que intentará alguna otra forma para salir del apuro, diciendo, por ejemplo: “tiene un gusto interesante”, con la esperanza de que su chico entienda correctamente lo que quiere decir.




Los expertos “terapeutas-entrenadores en comunicación y habilidades sociales”, que suponen con candor y firmeza que existe algo así como una comunicación “correcta” con una gramática que puede aprenderse, tienen una respuesta preparada a problemas de este tipo: “la tarta no me gusta, pero te agradezco de corazón el empeño que has puesto en hacerla”. Sólo en los manuales de estos especialistas sucede que después se besan y abrazan emocionados. En la vida real más bien acabamos siguiendo el ejemplo de ese marido recién casado que al volver un día a casa después del trabajo encuentra que su mujer ha puesto sobre la mesa una caja grande de cereales Special K, suponiendo con la mejor intención (en el plano de relación), pero erróneamente (en el plano objetivo),  que a él le encantará esa cena. Para no disgustarla él se propone comerlos y al terminar la caja pedir a su esposa que no compre más. Pero, como esposa eficiente, antes de que la primera caja esté vacía, ya tiene la segunda a punto. Años después, él ya ha perdido la esperanza de poder decirle con la gramática adecuada que odia los cereales.

viernes, 11 de abril de 2014

Ataque de pánico

Las personas que sufren ataques de pánico recurrentes tienen una tendencia a interpretar de forma errónea y catastrófica las sensaciones corporales que experimentan. La interpretación de esas sensaciones producen un aumento de la ansiedad que a su vez aumentan las sensaciones físicas iniciales, generándose así un círculo vicioso que acaba desembocando en el ataque de pánico.



 Es importante en toda terapia un componente psicoeducativo en el que podamos explicarle al paciente qué es lo que le está ocurriendo así como ponerle ejemplos de esos círculos viciosos a los que nos referíamos.














martes, 8 de abril de 2014

No me habla...

La comunicación no es una conversación esporádica, sino un ambiente que se crea y se respira. Para hablar se necesita tiempo. No existe un equivalente o sustituto económico del cariño, de la experiencia ni de la cercanía.




Tan importante como hablar es saber callar: la clave del saber escuchar está en intentar comprender el punto de vista del otro.

lunes, 7 de abril de 2014

Empezando la semana

A lo largo de esta semana saldremos en Santiago TV en un faldón publicitario:

http://www.santiagotv.es/

Por otro lado también queremos recomendaros la web de "mundo-psicólogos". Han sido muchos los pacientes que nos han conocido a través de su página y queremos agradecérselo:


http://www.mundopsicologos.com/

viernes, 4 de abril de 2014

Saniyou

En breve se producirá el lanzamiento de esta plataforma sanitaria en Santiago de Compostela. Nosotros también trabajaremos con ellos.




http://www.saniyou.com/

jueves, 3 de abril de 2014

Conversión: belle indifference

Los trastornos de conversión se caracterizan por una pérdida o alteración del funcionamiento motor o sensorial que lleva a pensar en una enfermedad somática. Sin embargo, se considera que los factores psicológicos están relacionados de forma importante ya que existe una relación temporal entre un evento estresante y el comienzo de los síntomas.

Las manifestaciones clínicas pueden aparentar la mayor parte de las enfermedades conocidas. Habitualmente se establecen cuatro categorías: con síntomas motores (problemas de equilibrio, parálisis muscular, afonía...), con síntomas sensoriales (pérdida de sensibilidad táctil, ceguera parcial, sordera...), con convulsiones y con presentación combinada de distintas categorías.



Hay una serie de características asociadas al trastorno de conversión que nos ayudan a identificarlo. Una de ellas es la llamada "belle indifference", que significa que el paciente, a pesar de todas sus manifestaciones físicas, parece completamente despreocupado.

Los rasgos histriónicos, la existencia de beneficios primarios (resolución somática de un conflicto), beneficios secundarios (lo que gana con el "papel de enfermo") y la  presencia de modelos familiares similares también nos aportarán claves para saber si estamos o no ante este trastorno.

miércoles, 2 de abril de 2014

Aún puedes elegir

Pues sí... Soy madre de un niño de dos años al que dejo cada día a las siete y media de la mañana en la guardería, trabajo nueve horas de lunes a viernes en una empresa a cuarenta kilómetros de mi casa y también me encargo de todas las labores domésticas porque no me llega el sueldo para pagarle a alguien que me lo haga. También intento pasarme un ratito cada día por el piso de mi madre para comprobar que está bien y llevarle de paso algunas cosas. Mi marido trabaja fuera y sólo viene los fines de semana y la verdad es que a veces pienso que casi sería mejor que no lo hiciera... Creo que me da más trabajo del que me ahorra... Estoy saturada. Llevo un año viviendo así. Al principio lo llevaba bien pero ahora tengo la sensación de estar al limite. Ya no aguanto más. Voy a explotar... ¿Cómo? ¿Le parece que estoy estresada? Qué va, vaya cosas se le ocurren...



Nadie es responsable de no disponer de más recursos externos (sociales y económicos) para afrontar las situaciones que nos toca vivir, pero sí podemos analizar el porqué no poseemos más recursos internos, o incluso cuál es la razón de a lo mejor sí tenerlos y sin embargo haberlos dejado de utilizar hasta llegar a creer que ya no disponemos de ellos. Siempre es más fácil y más cómodo echarle la culpa a lo externo que a lo propio, pero también es mucho menos constructivo y reparador. Volver a crear una actitud mental positiva, desarrollar la conciencia de uno mismo (hasta dónde puedo llegar y cuáles son mis límites), trabajar el autocontrol, marcarse objetivos realistas y alcanzables, volver a cuidarse física y psíquicamente... Aún puedes elegir. Hoy puede ser un buen día para ello. Las terapias motivacionales suelen resultar muy efectivas para poder dar esos primeros pasos que tanto cuestan a cualquiera y lo que es más importante, para mantener después la constancia y perseverar en la autodisciplina.