miércoles, 2 de abril de 2014

Aún puedes elegir

Pues sí... Soy madre de un niño de dos años al que dejo cada día a las siete y media de la mañana en la guardería, trabajo nueve horas de lunes a viernes en una empresa a cuarenta kilómetros de mi casa y también me encargo de todas las labores domésticas porque no me llega el sueldo para pagarle a alguien que me lo haga. También intento pasarme un ratito cada día por el piso de mi madre para comprobar que está bien y llevarle de paso algunas cosas. Mi marido trabaja fuera y sólo viene los fines de semana y la verdad es que a veces pienso que casi sería mejor que no lo hiciera... Creo que me da más trabajo del que me ahorra... Estoy saturada. Llevo un año viviendo así. Al principio lo llevaba bien pero ahora tengo la sensación de estar al limite. Ya no aguanto más. Voy a explotar... ¿Cómo? ¿Le parece que estoy estresada? Qué va, vaya cosas se le ocurren...



Nadie es responsable de no disponer de más recursos externos (sociales y económicos) para afrontar las situaciones que nos toca vivir, pero sí podemos analizar el porqué no poseemos más recursos internos, o incluso cuál es la razón de a lo mejor sí tenerlos y sin embargo haberlos dejado de utilizar hasta llegar a creer que ya no disponemos de ellos. Siempre es más fácil y más cómodo echarle la culpa a lo externo que a lo propio, pero también es mucho menos constructivo y reparador. Volver a crear una actitud mental positiva, desarrollar la conciencia de uno mismo (hasta dónde puedo llegar y cuáles son mis límites), trabajar el autocontrol, marcarse objetivos realistas y alcanzables, volver a cuidarse física y psíquicamente... Aún puedes elegir. Hoy puede ser un buen día para ello. Las terapias motivacionales suelen resultar muy efectivas para poder dar esos primeros pasos que tanto cuestan a cualquiera y lo que es más importante, para mantener después la constancia y perseverar en la autodisciplina. 

 

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