lunes, 28 de abril de 2014

Resignación

Ni siquiera la astucia de la célebre zorra de Fedro, que abandona las uvas con la excusa de que no están lo bastante maduras y, por tanto, no merecen ni un esfuerzo más, puede salvarnos de los terribles efectos para nuestro estado de ánimo de nuestras renuncias. La frustración derivada de un fracaso nunca será tan negativa como un proyecto al que renunciamos (por el miedo a ese fracaso).

Decía Balzac que " la resignación es un suicidio cotidiano".


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