Los trastornos de conversión se caracterizan por una pérdida o alteración del funcionamiento motor o sensorial que lleva a pensar en una enfermedad somática. Sin embargo, se considera que los factores psicológicos están relacionados de forma importante ya que existe una relación temporal entre un evento estresante y el comienzo de los síntomas.
Las manifestaciones clínicas pueden aparentar la mayor parte de las enfermedades conocidas. Habitualmente se establecen cuatro categorías: con síntomas motores (problemas de equilibrio, parálisis muscular, afonía...), con síntomas sensoriales (pérdida de sensibilidad táctil, ceguera parcial, sordera...), con convulsiones y con presentación combinada de distintas categorías.
Hay una serie de características asociadas al trastorno de conversión que nos ayudan a identificarlo. Una de ellas es la llamada "belle indifference", que significa que el paciente, a pesar de todas sus manifestaciones físicas, parece completamente despreocupado.
Los rasgos histriónicos, la existencia de beneficios primarios (resolución somática de un conflicto), beneficios secundarios (lo que gana con el "papel de enfermo") y la presencia de modelos familiares similares también nos aportarán claves para saber si estamos o no ante este trastorno.
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