viernes, 19 de diciembre de 2014

Aceptación no es resignación

En general, los pacientes vienen a terapia aquejados de experiencias de ansiedad, tristeza, miedo, culpa, ideas obsesivas, recuerdos desagradables, opiniones y creencias negativas y devaluadas de ellos mismos, etc., a fin de que el psicólogo les quite este sufrimiento y así puedan “empezar a vivir”. Para el paciente ese es el objetivo primordial, lo demás es secundario. Sin embargo, la solución que en alguna ocasión puede proponer el terapeuta no es la que pide y espera el cliente, sino en cierta manera la contraria. Esto pasa cuando por ejemplo les decimos que en vez de “quitar” esas experiencias vamos a intentar que sean aceptadas para que puedan vivir con ellas... Y es probable que esta postura terapéutica suponga de primeras una decepción.


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