Es importante que los padres comprendan su papel educativo (en todas la edades) mientras los hijos están bajo su tutela y no son independientes. Los padres no pueden ser "amigos" o "colegas". Es positivo que se muestren amistosos y dialogantes, pero sin olvidar la responsabilidad que tienen de educar a sus hijos (responsabilidad que obviamente nunca tendrán los amigos o los colegas). La transmisión de unos valores y de una pautas de conducta deberán llevarse a cabo, en algunas ocasiones, con autoridad (que no es lo mismo que mostrarse autoritario), aceptando o rechazando el comportamiento de los hijos y argumentando siempre el porqué, pero exigiendo el cumplimiento de unas reglas de juego establecidas con anterioridad.
No se preocupen, no se empobrecerán las relaciones afectivas, al contrario, se harán más sólidas.
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