Decía F. Nietzsche lo siguiente: "Ante lo desconocido, una explicación cualquiera es mejor que ninguna explicación: alivia, tranquiliza, satisface y da sensación de poder; por ello, la primera idea que explica lo desconocido como conocido hace tanto bien que ya se la considera como verdadera".
A lo que yo añado: no es un error de percepción lo que construye un problema, sino la rígida perseverancia en la posición asumida y en las acciones que derivan de ésta.
Para poder conseguir un cambio terapéutico no podemos centrarnos en cómo el problema se ha formado en el pasado, sino en cómo éste se mantiene en el presente.
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