Puede llegar un momento en la terapia en el que importa más,
por decirlo de alguna manera, rehacer el sentido de la vida que deshacerse de
los malestares por los que normalmente se vino a buscar ayuda. Teniendo clara la
idea de la aceptación y el compromiso que están en la base de la terapia ACT,
cualquier cosa que ayude a mantener a los clientes implicados en conductas
consistentes con ciertos valores está en buen camino, en orden al cambio y la
mejoría. Establecer metas está bien, aunque las metas no son exactamente los
valores. Hacer pequeños compromisos está bien también. Darse cuenta de patrones
de conducta que contribuyen al sufrimiento y a pesar de ello seguir adelante y hacer
algo es importante. Se necesita audacia y valor para actuar. En ese camino el paciente puede contar conmigo como terapeuta.
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