NO PIENSE EN ESO
Se dice que cuando tenemos identificado, analizado y evaluado un problema es cuando emprendemos las acciones oportunas para solucionarlo. Lo habitual es que lo abordemos intentando manejar y cambiar sus causas. Por ejemplo, vemos que hay una humedad en el techo y buscamos la gotera o la filtración, la reparamos y ya está. Tenemos una piedra en el zapato, la quitamos y molestia solucionada. Nos duele una muela, nos la extraen o tomamos un analgésico, y dolor calmado. Parece sencillo... Supongo que la principal diferencia entre los problemas citados y los problemas que tienen que ver con sentimientos y pensamientos, y que habitualmente tratamos en las consultas de psicología es que estos últimos no responden a esta lógica. Cuando tenemos un problema de este tipo, los que nos escuchan suelen recurrir a frases como “no pienses en eso” o “no te preocupes” o “no estés triste”, y sin embargo al tratar de hacerlo parece que empeoramos la situación un poco más. Una de las nuevas terapias psicológicas, la ACT, se refiere a este fenómeno como “efecto Eróstrato”. El curioso nombre viene de la historia que se cuenta sobre Eróstrato, de Éfeso, que quería ser famoso y de paso refutar la afirmación de su compatriota Heráclito, según la cual nada permanece y todo fluye, de manera que no se le ocurrió mejor cosa que prender fuego al templo de Artemisa. A fin de que no se saliera con la suya, el rey Artajerjes prohibió, bajo pena de muerte, el recuerdo de su nombre, provocando así el efecto contrario, es decir, que la gente lo recordara muy bien no fuera a ser que lo pronunciaran. El llamado efecto Eróstrato nos habla precisamente de eso tan común y a la vez tan paradójico de tener que recordar para no recordar.
Ahora imagínese usted en una silla sobre un pozo lleno de serpientes hambrientas y venenosas. Usted está a su vez conectado a sensibles detectores de activación que harán que si se mueve lo más mínimo encima de esa silla, si no logra estar completamente relajado, harán que vuelque. Ya lo sabe, relájese y todo irá bien. No piense en las serpientes, ni en que están hambrientas, ni en que son venenosas, ni en lo terrible que sería una muerte así. Es sencillo. No hay nada más que hacer.
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