martes, 2 de enero de 2018

Modas

PSICOLOGÍA NEGATIVA

Me contrariaba leer recientemente en una revista un reportaje sobre “las psicoterapias de moda” que afirmaba que la llamada “psicología positiva” es probablemente el movimiento más importante de la psicología en lo que va de siglo, junto al mindfullness. Reconozco que nunca he simpatizado demasiado ni con las modas ni con esa supuesta “ciencia de la felicidad”. El mismo hecho de etiquetarla como ciencia de la felicidad o del bienestar me provoca ciertas reticencias. Ya es suficientemente controvertido el afirmar con rotundidad que la psicología es una ciencia como para que además le añadamos la coletilla “de la felicidad”. De todos modos, cuando cuestiono el uso de la palabra ciencia no lo hago restándole valor ni utilidad a la psicología. Creo que a día de hoy la invocación permanente de esta palabra es más un reclamo publicitario, con todo el engaño y frivolidad que lleva aparejado, que otra cosa. Si alguien realmente se cree que se puede hacer una ciencia de la felicidad el problema es aún mayor. Y no es que la felicidad (o como se le quiera llamar) no merezca estudio. Por supuesto que sí, de hecho, se viene estudiando desde hace siglos y desde muchas vertientes (filosofía, ética, religión, historia...). La diferencia es que ahora necesitamos acotarla en un redil científico para poder vender mejor nuestro producto. Una perspectiva contextual nos sugiere sin embargo que la persecución de la felicidad puede llegar a ser más un problema que una meta saludable. 


La crítica a la psicología positiva no implica, para nada, que uno esté defendiendo, en su lugar, una “psicología negativa” (que además de momento, y que yo sepa, no existe), ni que esté en contra de que la gente se sienta bien y feliz. Espero que no haya en el mundo ningún psicólogo que no quiera lo mejor para sus pacientes. De lo que estoy en contra es de un enfoque que divide en dos lo que se debe estudiar sin divisiones. Algo es “positivo” o “negativo” según el contexto, y si la psicología es una “ciencia” difícil o acaso imposible es precisamente porque todo depende del contexto. No quiero decir que no haya nada bueno en este enfoque. Ese énfasis en el desarrollo de potencialidades y fortalezas del paciente es muy útil en terapia, pero mucho me temo que no es “nuevo”. De hecho, puede que no sean más que lugares comunes de la psicología.

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