Cada uno de nosotros dispone de un patrón o estilo de emociones prevalentes. En muchas ocasiones, la personalidad puede definirse como el conjunto de estados emocionales que caracterizan a un sujeto (hablamos entonces de emociones personotípicas).
En este sentido, los pensamientos tendrían una función de elicitación de las emociones deseadas y habituales en el sujeto, aquellas que proporcionan seguridad emocional, las que el sujeto mantiene para consolidar el sentido y la experiencia de sí mismo..."
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