jueves, 8 de febrero de 2018

Ir al psicólogo

"Yo siempre me creí un tipo duro. Un bravucón como los de antes, de los de garrota y chapela, a los que les estaba prohibido sufrir. Error. No me conocía. La terapia me puso delante del espejo, a pelo y sin anestesia, y mirarme a los adentros es una de las experiencias más tremendas que hice nunca. Pero obedecí a la señora X. Apreté los dientes. Tuve paciencia. Y hoy, alabado sea mi cerebelo, empiezo a encontrarme bien. A ratos muy bien". http://www.elmundo.es/papel/firmas/2018/02/08/5a7b210ce5fdea64368b45e8.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario