Cuando el antropólogo Bronislaw Malinowski visitó las islas Trobriand, en Nueva Guinea, observó que los isleños, en ocasiones, basaban su comportamiento en conocimientos y prácticas racionales, mientras que otras veces se cimentaban en la magia o la superstición. Malinowski precisó que rara vez requerían de rituales mágicos cuando pescaban en lugares confiables, como la laguna. En tal caso, sus éxitos y fracasos fueron descritos en términos de habilidades propias. Sin embargo, ante la incertidumbre y peligro de las aguas turbulentas, notó un extenso ceremonial mágico que precedió a la pesca. Dichos rituales, en ausencia de control real, podrían entenderse como el producto de una “ilusión de control”.
https://elpais.com/eps/2021-05-20/que-hay-detras-de-cruzar-los-dedos.html
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