"Hablar con los hijos/as de estos temores y de las medidas previstas es un primer paso. Eso ayuda a servirse activamente del miedo como un elemento de protección del peligro, en lugar de sufrirlo pasivamente como fuente de inhibición.
Otra estrategia para acotar el miedo y ponerle balizas es crear algún ritual. Es la función que tienen esos circuitos escolares del hidrogel, la temperatura, las señales, la mascarilla y los protocolos diseñados. Las ceremonias –empezando por las funerarias– siempre introducen una marca simbólica que nos conforta porque se acompañan de la presencia del otro, frente a uno real (muerte, enfermedad) que nos sobrepasa".
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