viernes, 22 de noviembre de 2019

Palabras y fármacos

Entrevista con Parada Nieto, presidente de Gradiva y Jefe de sección del Servicio de Psiquiatría del Complexo Hospitalario de Pontevedra-Salnés.

¿De qué forma la palabra puede contribuir a sanar?

La palabra cura, no hay ninguna duda, a través de múltiples mecanismos. No solo nos sirve como descarga, sino también para conectar con aspectos íntimos de nuestra vida. De esta manera, en el organismo y en el cerebro se producen cambios. No solo la persona cambia a través de lo que aprende, sino que también todo esto opera cambios en las neurones.

El Nobel Erik Kandel, que antes de neurofisiólogo fue psicoanalista, descubrió las neuronas espejo, que eran las que tienen bastante que ver con la empatía, que es importante en la escucha y comprensión de los demás. Cuando alguien se siente ­comprendido y escuchado supone un cambio, y mucho más si eso se hace en un acompañamiento prolongado psicoterapéutico. El profesional debe ser capaz de acompañar al paciente y sentir con él todos los momentos de sufrimiento.

Ustedes, los psiquiatras tienen fama de prescribir mucha medicación. ¿No está nuestra sociedad excesivamente ­farmacologizada?

Este es un aspecto importante. Es obvio que en la sociedad actual hemos caído en una excesiva medicalización del sufrimiento psíquico y del sufrimiento humano consustancial (pérdidas, duelos, rupturas, conflictos vecinales y familiares) para aliviar ese dolor ­prescribiendo ansiolíticos, antidepresivos que, posiblemente, no son necesarios.

La medicina en general farmacologiza en exceso el sufrimiento. Esto ocurre no solo en la psiquiatría. Pero a veces hay una psicologización del propio sufrimiento. También se hacen terapias psicológicas ­conductuales, orientativas para cuestiones que a veces no deberían ser ­necesarias.

Por otra parte hay movimientos que cuestionan los efectos de la medicación. Yo, como psiquiatra, tengo que decir que no es adecuado. Los psicofármacos han supuesto una revolución en el tratamiento de las enfermedades psíquicas graves, psicóticas y neuróticas, desde luego a la altura de otro tipo de fármacos.

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