miércoles, 27 de enero de 2016

Poder elegir

Vygotsky, en la Rusia revolucionaria de principios del siglo veinte, defendía ya ese axioma que postula que "nada permanece para siempre". Lo hacía desde una postura antimetafísica, enfatizando únicamente el cambio constante al que está sometido todo lo que nos rodea, y nosotros mismos. Lo interesante, para él, era el estudio del fenómeno en su desarrollo. Vigotsky resaltaba cómo cada persona es capaz de desarrollar una habilidad con las adecuadas ayudas.



Vygotsky defendía la libertad de la acción humana, diferenciándose de la araña y de la abeja cuando trabajan, porque es capaz de concebir la actividad antes de que sea ejecutada, y por tanto, y lo que para un terapeuta es más importante que entienda su paciente, puede elegir los medios y los planes de acción antes de ser conducido inexorablemente y de manera automática a un fin.

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