"Desde ese día me empeño en entenderla, ya no me la disimulo a mí misma y mi forma de combatirla es preguntármela, identificar su porqué. Parecerá una tontería, pero a menudo es lo más difícil de saber. Cuando ya lo sé, me enfrento a ese miedo en una batalla tremenda, una pelea casi física en cuya victoria encuentro la tranquilidad".
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